GACETA.RU. El monopolio diamantífero ruso, Alrosa, ha manifestado el interés por la compra de una fábrica productora de ámbar en Kaliningrado, enclave ruso en la costa del Báltico.
La diversificación no es una práctica frecuente para los grupos del sector de diamantes, por lo cual los expertos locales califican esa intención de ‘rara'. Al mismo tiempo, dan a entender que esa transacción contaría con el apoyo del Estado ruso, que mantiene una política encaminada a la nacionalización de las empresas del sector de extracción. También admiten que Alrosa se ha propuesto consolidar en el futuro todo el negocio de las piedras preciosas.
La empresa de Kaliningrado controla un 70% de la producción mundial del ámbar, aunque en términos de facturación no es gran cosa: el pasado año ingresó alrededor de tres millones de dólares y, si consigue optimizar la gestión, podría elevar esta cifra a US$11,6 millones, lo cual no es mucho para una corporación como Alrosa. El negocio en sí parece tener un futuro promisorio, porque la fábrica exporta anualmente casi 85 toneladas del ámbar - un 30% de lo que elabora - y vende la totalidad de sus productos a precios de mercado, por falta de intermediarios. Por algo es tan activa en esta zona la ‘mafia del ámbar'.
