VEDOMOSTI. No se coronaron de éxito los proyectos de Rosoboronexport y Sukhoi de participar conjuntamente con los norteamericanos en el rearme de Irak y Afganistán a causa de las sanciones aplicadas a las compañías rusas por el Departamento de Estado de EE UU.
La compañía pública exportadora de armamento sufriría pérdidas insignificantes, puesto que de la mayor parte del dinero se apropian funcionarios de los países a los que se realizan los suministros.
Ayer el director de Rosoboronexport, Serguei Chemezov, reveló los planes de cooperación con EE UU que no prosperaron a raíz de las sanciones impuestas por el departamento diplomático estadounidense. Al decir de Chemezov, la compañía rusa se comprometía a suministrar armamento y material a Irak y Afganistán directamente, en virtud de los acuerdos correspondientes con el Pentágono o el departamento diplomático norteamericano.
Los contratos que Rosoboronexport podría haber firmado en los próximos años -se trata de ventas de fusiles automáticos Kalashnikov, transportes blindados y helicópteros-, se estimaban en 1000 millones de dólares.
En el momento actual el Pentágono facilita armas a los países mencionados acostumbrados a disponer del material bélico de fabricación soviética, suministrándoles armamento pirateado, procedente, en particular, de Polonia.
Expertos ponen en duda la redituabilidad de los suministros rusos, alegando el caso de la mencionada Polonia. En 2005 la polaca Bumar vendió a los iraquíes 10 nuevos helicópteros MI-171 y MI-17B-5, transacción valorada en 65 millones de dólares, dice el experto de la revista "Exportación de armamento", Mijaíl Barabanov. Existe otro contrato, por el cual Bumar se obligó a suministrar a este país 24 helicópteros MI-8MTB-1, reparados en San Petersburgo. Pero aun no llegaron a Irak y se desconoce si las autoridades iraquíes aceptan comprar este material aeronáutico, valorado en 60 millones de dólares, concluye Barabanov.
