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IRÁN PRESENTÓ A RUSIA UN ULTIMÁTUM. KOMMERSANT

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Ayer, lunes, el vicepresidente de Irán y jefe del organismo de Energía Nuclear nacional, Golamreza Agazade durante su estancia en Moscú declaró que su país puede terminar la construcción de la central nuclear de Bushire sin colaboración con Rusia. No se excluye que con este gesto tan brusco Irán exige que Moscú intervenga de modo más activo en defensa de Irán en su conflicto con Occidente.

La causa del descontento de Teherán fue aclarada por el vicepresidente de la Organización de la Energía Atómica de Irán, Mohammad Saidi, quien acompañaba a Golamreza Agazade en su viaje a Rusia. "Anteriormente Rusia asumió un compromiso escrito ante nosotros acerca de los plazos de suministro de combustible nuclear; sin embargo este compromiso no se ha cumplido hasta ahora. Esperamos que Rusia se garantice suministrar el combustible nuclear para la central de Bushire", citó ayer la televisión estatal de Irán la afirmación de Mohammad Saidi.

La amenaza de Irán es bien viable, puesto que actualmente muchos países del tercer mundo han alcanzado un nivel de desarrollo económico que les permita concluir la construcción de una central atómica o construirla "de cero", aportando sus propias tecnologías.

En su día, a finales de la década de los 80, el pionero en ello se hizo Brasil. Los consorcios estatales brasileños construyeron con cierto apoyo técnico de Siemens dos centrales nucleares, Angra-1 y Angra-2. Actualmente ha llegado el turno de Pakistán, con su proyecto de la central de Chashna, en cooperación con China, y de Nigeria, que ya dispone de un reactor nuclear de pruebas y había solicitado a OIEA que se aprobara el proyecto de construcción de dos centrales atómicas. Ayer a este grupo se unió Egipto, al anunciar su programa de construcción de tres centrales nucleares a partir de 2017.

Con ello sólo Brasil e Irán están dispuestos a pasar a la segunda etapa, es decir a enriquecer el uranio para las centrales nucleares. 

Técnicamente la retirada rusa del proyecto de Bushire puede postergar por decenas de meses la puesta en funcionamiento de la central que ya está acabada a un 95%. "El ajuste del equipo de la central es la parte técnicamente más complicada del proyecto. Atomstroyexport (el contratista ruso del proyecto) se ocupa de ello cerca de un año y si se paralizan estos trabajos no se podrá compensarlo rápidamente", manifestó una fuente bien informada rusa. Sin embargo el mayor problema es el combustible nuclear. En ausencia del combustible procedente de Rusia la puesta en funcionamiento de la central nuclear tendrá que ser aplazada hasta el momento cuando Irán prepare sus propios materiales fisibles o los compre en el mercado en situación cuando no se descarta que en un futuro cercano el mercado esté cerrado para Irán.

Golamreza Agazade dijo ayer que Irán prevé anunciar un concurso para la construcción de dos nuevas centrales de 1000 MW cada una.  "No obstante para anunciar este concurso oficialmente tenemos que esperar a que se mejore el clima internacional", destacó con aire significativo el vicepresidente iraní. De este modo, dos portavoces iraníes de muy alto nivel, casi al mismo tiempo lanzaron a Rusia un ultimátum: si no se concluye en plazos cortos el primer grupo generador de la central nuclear de Bushire y no se suministra el combustible nuclear ruso, Moscú arriesgará su colaboración en el sector de la energía atómica con Irán y varios millones de dólares.

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