El conflicto entre la compañía Shell y el Gobierno ruso mueve a los inversores potenciales a desistir de los planes de instalarse en Rusia. Ayer el director general de la italiana Eni, Paolo Scaroni, admitió la posibilidad de que sea aplazada la firma del acuerdo de canje de participaciones con Gasprom, fijada para el 15 de octubre.
La situación configurada en torno al proyecto "Sajalin-2" mueve a los inversores potenciales a revisar sus planes de instalarse en Rusia, afirma el director general adjunto del Centro de Tecnologías Políticas, Alexei Makarkin.
"Estamos dispuestos a cooperar con las compañías extranjeras, pero lo único que pretenden es chupar toda la sangre al Estado -comenta un funcionario público de alto rango-. Rusia cumplirá con sus compromisos, mas los extranjeros han de comportarse como es debido en el país."
Tal vez, escudándose en los problemas con que se enfrentó la ejecución del proyecto "Sajalin-2", Eni pretende regatear con Gasprom los términos del contrato que redunden en beneficio de la compañía italiana, sugiere el analista de Veles Capital, Mijaíl Zak.
Avanzan con dificultad las negociaciones entre Eni y Gasprom, confesó anteriormente una fuente próxima al consorcio ruso. Gasprom pretende convertirse en accionista mayoritario en las distribuidoras de gas italianas, mientas Eni oferta a Gasprom pequeñas participaciones en el capital social de las sociedades que controla en terceros países.
Las conversaciones se metieron en un atolladero y el 15 de octubre no serán suscritos contratos algunos, comunicó ayer la agencia italiana de noticias Ansa. No obstante, los ejecutivos de Gasprom afirman que la transacción quedaría cerrada en la fecha fijada.
