Al regresar de la cumbre del Movimiento No Alineado en La Habana, el presidente de Bielorrusia cambió sus criterios y comprendió que no existe ningún aislamiento internacional del país que gobierna.
Los planteamientos optimistas sobre las perspectivas halagüeñas de la Unión Rusia-Bielorrusia imperceptiblemente fueron reemplazados sobre las tesis de la importancia de cooperación entre Bielorrusia y los países No Alineados. El primer mandatario bielorruso hizo compartir sus nuevos planes con periodistas rusos: "Queremos extender nuestra cooperación a la cuenca del Caribe, Venezuela, la República Sudafricana, el Golfo Pérsico, China, Irán, Malasia, Vietnam", manifestó Lukashenko.
En este contexto, las enérgicas declaraciones dirigidas por Lukashenko a los líderes de Rusia pueden evidenciar que el mandatario bielorruso ya no está interesado en formar unión con Rusia, por lo menos, en un futuro inmediato, sostienen expertos. Según Lukashenko, el texto de la Constitución de la Rusia-Bielorrusia es un paso atrás. Otro testimonio de los cambios en la línea política es el rechazo de los precios del gas ruso. Lukashenko opina que Rusia le pone a Bielorrusia unas condiciones inaceptables a priori para luego acusarle del fracaso del proyecto.
En caso de que Rusia intente quitarle a Bielorrusia la independencia, se enfrentará con una "segunda Chechenia". Occidente agenciará dinero para apoyar a la guerrilla, mientras que la oposición local simplemente sueña con erigirse en héroes de la lucha por la liberación nacional, afirma Lukashenko.
El presidente bielorruso sopesa las perspectivas de la cooperación con los países del Tercer Mundo, muchos de los cuales poseen ricos yacimientos de minerales, lo cual le posibilitaría deshacerse de la dependencia de Rusia en el ámbito energético. "Hemos acordado con Venezuela explotar en este país yacimientos petrolíferos", dijo Lukashenko. El petróleo extraído se vendería en el mercado mundial, lo que le posibilitaría a Bielorrusia también comprarle a la "hermana Rusia" los agentes energéticos a precios mundiales.
Los países del Tercer Mundo revisten importancia para Bielorrusia también porque la cooperación con ellos evidencia la ausencia del aislamiento político del país, la culpa por la cual la oposición endosa por completo al presidente Lukashenko. "De qué aislamiento puede tratarse, sin nos apoyan 120 Estados del planeta?", responde a estas acusaciones el máximo dignatario.
"Lo que estamos presenciando no es otra cosa que un intento del Estado de diversificar su política exterior", según ha expresado a Nezavisimaya Gaceta el politólogo bielorruso Andrei Fiodorov. "Si las relaciones con Moscú fueran normales, lo más probable es que este nuevo vector de la política exterior de Bielorrusia no se habría necesitado", opina. Tal postura cuenta con apoyo de la sociedad bielorrusa. "La diversificación de la política exterior y la reducción de la dependencia energética de Rusia son unos fines nobles, sin importar mucho cómo se logren", manifestó a Nezavisimaya Gaceta Andrei Fiodorov.
