La anual conferencia interactiva, mediante la cual Vladimir Putin contacta en directo con el pueblo de Rusia, es su marca y forma suprema de la actual democracia rusa. La principal conclusión que ha hecho de la conferencia de ayer el director de la fundación "Política", Viacheslav Nikonov, es la siguiente: la era de Putin ha llegado por mucho tiempo.
Ayer se dio la respuesta a la pregunta que preocupa a muchos rusos. Por vez primera el presidente explicó qué él va a hacer después de dimitir. "Espero que también después de perder las facultades y palancas del poder presidencial logre conservar lo más preciado para todo político: la confianza del pueblo", dijo Putin.
Se volvió a manifestar que el presidente no puede permanecer en su puesto más de dos plazos seguidos. Esta última palabra se pronunció no por una casualidad, afirma Nikonov.
En su opinión, Putin no descarta la posibilidad de volver a ocupar el puesto de presidente tras un intervalo. Apoyándose sobre la confianza del pueblo, Putin seguirá siendo una influyente figura política también después de 2008. Pero a todo el mundo le interesa saber de qué modo concreto él va a influir sobre la política rusa, sostiene Nikonov.
Sin embargo, el director del grupo "Mercator", Dmitri Oreshkin, dice que ello no le interesa mucho, porque Putin en cualquier caso seguirá en la cúpula, no importan los medios técnicos con que ello se logre.
Le preocupa mucho más otra cosa. "Nos han mostrado la absoluta inutilidad de todos los organismos de poder, menos el presidencial. ¿Para qué hacen falta esos millones de funcionarios que están entre el Jefe de Estado y el pueblo? Al presidente le pueden hacer un millón de preguntas sólo en el caso de no existir un instrumento real para solucionar los problemas allí donde vive la gente. Ello significa que es ineficaz el aparato por cuyo funcionamiento responde el cabeza del poder ejecutivo", dice Oreshkin.
