El vicepresidente del Gobierno y ministro de Defensa de Rusia, Sergei Ivanov, ha sugerido dividir el mundo entre la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y la OTAN. El titular opina que "el diseño del mecanismo de cooperación entre la OTSC y la OTAN y una precisa delimitación posterior de las áreas de responsabilidad" contribuirá a reforzar la seguridad internacional.
La iniciativa de Ivanov hace resurgir la época de confrontación entre la OTAN y los países del Pacto de Varsovia.
Actualmente, integran la OTSC siete Estados: Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguizistán, Tayikistán, Rusia y Uzbekistán que ocupan un 70% del territorio de la antigua URSS. Es una zona de elevado interés, político, militar y económico.
En la cumbre de la OTAN en Riga, por boca del senador norteamericano Richard Lugar se oyeron tesis confrontacionistas, propias de la época de la guerra fría, dirigidas a Rusia que, dizque, no desea compartir su soberanía energética. No cabe olvidar que una de las tareas programáticas de la OTSC es mantener la seguridad energética de los países que la integran.
Al aceptar la destrucción del Muro de Berlín, Rusia esperaba que la OTAN cumpliera con sus promesas de no ampliarse hacia el Este. Ello no obstante, al cabo de poco ingresaron en la alianza ex miembros de la Organización del Pacto de Varsovia y países bálticos, ex repúblicas soviéticas. Reaccionando evidentemente al tono confrontacionista de la OTAN, Moscú le propone un nuevo formato de las relaciones en Europa. La OTAN no estaría en contra de seguir expandiéndose admitiendo otros Estados de la CEI. Pero Rusia se opone enérgicamente a tales planes. Las persuasiones diplomáticas no surten efecto alguno. Lo único que queda es la confrontación. La confrontación entre bloques al estilo de la guerra fría debe disuadir a algunas repúblicas postsoviéticas del ingreso presuroso en la Alianza Noratlántica. Precisamente por eso, la OTSC anuncia enérgicamente sus intereses en Europa. Entre sus potenciales aliados figuran los países asiáticos miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai, ante todo la República Popular de China. Ya será una fuerza homologable por su poderío con la OTAN.
