La reciente intoxicación del ex primer ministro ruso Egor Gaidar viene a completar la cadena de acontecimientos trágicos relacionados con las figuras más emblemáticas del bando liberal en Rusia.
En un corto período de tiempo se han concentrado el asesinato de la reportera Ana Politkovskaya, la muerte del ex oficial de seguridad Alexander Litvinenko, el incidente con Gaidar y el proceso judicial a raíz del atentado contra Anatoly Chubais, presidente del grupo energético RAO EES y arquitecto de las privatizaciones de la década del 90. Tanto Chubais como Gaidar mencionan a ciertos enemigos de Rusia dando a entender que son, probablemente, algunas personas dentro del país. A juzgar por varias alusiones, se trata de la gente preocupada por el problema 2008, año en que expira el segundo mandato presidencial de Putin. Con todo, los prestigiosos liberales rusos no se apresuran a detallar sus sospechas.
Los atentados o asesinatos de varias figuras de corte liberal democrático son muy alarmantes, constata Evgeny Yasin, rector científico de la Escuela Superior de Economía. Esta tendencia confirma que en el país actúan terroristas radicales de la derecha. ‘La presencia de motivos racionales no siempre es necesaria - señala Yasin -. Al igual que Gaidar, no puedo nombrar a esos enemigos pero no descarto que haya vínculos indirectos entre los terroristas y ciertos funcionarios en el poder. Parece que allí hay personas muy interesadas en que Putin se quede en la presidencia porque así podrán preservar también su propio poder'.
‘Litvinenko es una figura poco conocida pero Gaidar tiene prestigio mundial - observa Leonid Gozman, un alto funcionario de la Unión de Fuerzas de Derecha -. Todos los incidentes recientes apuntan a un mismo resultado: un drástico deterioro de las relaciones con Occidente, así como de la imagen de Rusia y de sus dirigentes. Tanto en este país como en el extranjero hay personas que quisieran separar a Rusia de las naciones democráticas e impedir su avance, por poco consecuente que sea, hacia la integración con Occidente. Lo que sí puedo afirmar con toda seguridad es que el Gobierno y el presidente de Rusia eran la parte menos interesada en que ocurriera algo así con Politkovskaya, Litvinenko y, por poco, con Gaidar'.
Irina Khakamada, una de las dirigentes de la Unión Popular Democrática, sugiere que los asesinatos de Politkovskaya y Litvinenko obedecen a motivos diferentes pero tienen, probablemente, un mismo autor intelectual. ‘Hablando de enemigos, Gaidar y Chubais se refieren a aquellas fuerzas internas que se oponen a la apertura de Rusia hacia Occidente, quieren desprestigiarla y así obligar a Putin a que renuncie al acercamiento hacia los países occidentales y se quede por un tercer plazo consecutivo'- dice ella.
