La compañía Aeroflot, principal transportista aéreo ruso, reanudó las conversaciones con Airbus sobre la compra de los aviones A-330 y A-350, insistiendo en que Rusia gozaría de facilidades fiscales en este negocio.
Hace dos años la compañía rusa convocó el concurso de adjudicación de contrato de adquisición de 22 nuevas aeronaves nuevas de largo alcance.
Los principales rivales eran Boeing y Airbus (A-330). Este último avión cuesta más caro que el B-787 Dreamliner (189-242 millones de dólares frente a 143-188 millones) y su fabricación se iniciaría en el horizonte del año 2013. Los ejecutivos de Aeroflot querían comprar aviones de Boeing, pero las autoridades rusas insistieron en cerrar la transacción con la compañía europea.