Moscú, 23 de diciembre, RIA Novosti. La sociedad rusa no se muestra indiferente para con los ricos, éstos provocan diversas emociones en una mitad de los ciudadanos: las positivas en el 25% y las negativas en el 26%. Son datos de un sondeo realizado por el Centro de Estudio de la Opinión Pública (VTSIOM).
Los sentimientos más característicos son: sospechas y aversión (19%), respeto (12%) e interés (10%). Entre las personas mayores de 60 años, los ricos a menudo despiertan desconfianza y animadversión (31%), y entre las de 18 a 24 años, más bien respeto (19%) e interés (16%). Hacia los ricos muestran una actitud neutral el 44% de los interrogados, y a los pobres, el 67%. Sienten las emociones positivas hacia éstos últimos el 11%, y las negativas, el 5%.
Una tercera parte de los respondientes (un 32%) sostienen que entre las cualidades de la persona y su condición material no existe vinculación directa. En opinión de los demás, los ricos se caracterizan por avaricia (32%), espíritu emprendedor y energía (30%), también se cree que ellos no respetan la ley (26%), no son gente honrada (21%), no les importa el destino del país (19%), son insensibles (18%), pero al propio tiempo poseen alto nivel educacional (21%) y profesionalismo (19%).
En cuanto a los pobres, se opina que ellos son bondadosos (31%), acatan la ley (28%) y son escrupulosos (19%), y al propio tiempo les son propios la pereza (22%), la pasividad (21%) y un bajo nivel educacional (16%). La única cualidad que se cree ser característica tanto para los ricos como para los pobres es la laboriosidad (17 y 15%, respectivamente).
La mayoría de los rusos (70%) sostienen que la pobreza es consecuencia de una injusta organización de la sociedad. El Estado puede vencer la pobreza si aplica una correcta política social, señalan el 58%, mientras que el 37% consideran que este problema es insoluble en principio.
En la sociedad rusa existe un número de hecho igual de aquellos que no quieren que sus hijos olviden principios morales ante la amenaza de ser pobres (43%) y aquellos que están dispuestos a "cerrar los ojos" ante los métodos poco decorosos de enriquecimiento de sus hijos (39%). Los respondientes menores de 45 años prefieren, como regla, la riqueza, mientras que los mayores de esa edad optan por los principios morales.
