Según comunicaron ayer agencias noticiosas alegando a lo dicho por el ministro de Defensa de Venezuela, Raúl Baduel, las autoridades de este país llevan la intención de adquirir en Rusia sistemas misilísticos de defensa antiaérea Tor M-1. La noticia llegó desde Caracas al poco después de que Moscú anunciara haber cumplido el contrato de suministro de tales sistemas a Irán, lo que provocó una reacción marcadamente negativa por parte de EE.UU. e Israel.
Ayer, la oficina de prensa de la Agencia Federal Exportadora de Armas Rosoboronexport se negó a comentar la eventual venta de Tor M-1a Venezuela. "No podemos corroborar ni desmentir esta información", dijeron los portavoces.
Pavel Zolotariov, director adjunto del Instituto de EE.UU. y Canadá, recalcó que los exportadores rusos de armas por regla general prefieren no anunciar a cuatro vientos los contratos de esta clase. Según el científico, no existen limitaciones algunas a la venta de misiles antiaéreos a Venezuela. "Cae de su peso que esta transacción volverá a provocar una actitud negativa hacia Rosoboronexport por parte de Washington", dijo.
El año pasado, el Departamento de Estado ya pidió que Moscú renunciara a los contratos de suministro de aviones y fusiles de asalto a Venezuela. Pero tanto el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia como el de Defensa manifestaron en aquella ocasión que los contratos se correspondían plenamente con las normas internacionales, por lo cual "es absolutamente imposible rescindirlos". Por lo visto, también en esta ocasión, Moscú y Washington volverán a cruzarse de "cumplidos".
Los analistas recuerdan la visita realizada por Hugo Chávez a Moscú en julio pasado, seguida de la declaración del Departamento de Estado sobre la imposición de sanciones contra Rosoboronexport y la compañía aeronáutica Sukhoi. Formalmente, el 28 de julio de 2006, Washington prohibió a las compañías norteamericanas mantener cooperación con las dos entidades rusas arriba mencionadas alegando a que éstas habían suministrado a Irán materiales y tecnologías que pudiesen impulsar el desarrollo de armas de destrucción en masa, así como de misiles balísticos y de crucero. Pero expertos rusos (en particular, Ruslán Pujov, director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías) calificaron entonces aquellas sanciones como venganza de Washington por los multimillonarios contratos suscritos con Venezuela.
Bregando por la seguridad de su país, Hugo Chávez le echa la mano también a Irán. Por lo menos, haciendo recrudecer los roces entre Rusia y Estados Unidos. Washington se muestra cada vez más irritado con la cooperación entre los regímenes que le son hostiles.
