Apenas hubo anunciado Bielorrusia la subida, a partir del 15 de febrero próximo, de las tarifas por el tránsito de crudo ruso por su territorio, Rusia anunció el comienzo del tendido de un nuevo oleoducto.
La compañía rusa Transneft resolvió ampliar el oleoducto del Báltico tendiendo la bifurcación Unecha-Primorsk. El presidente de la compañía, Semión Vainshtok, destacó que se trata de aumentar la capacidad de la Terminal portuaria en 50 millones de toneladas. Ahora la Terminal procesa 75 millones de toneladas al año.
Para llevar adelante la obra, Transneft planea tomar crédito. Según se calcula, la ampliación del oleoducto costaría de 2 a 2,5 mil millones de dólares.
"Por supuesto que es una suma descomunal -reconoce Vainshtok-. Pero si los Estados limítrofes no representaran tantos riesgos, no se tendría que invertir sumas tan colosales en ello".
En opinión de analistas, tomando en consideración la subida de las tarifas por el tránsito, siendo los mismos los volúmenes de suministros, Rusia tendría que pagar por el transporte $5.568 millones anuales, o sea, $4.400 millones más que antes.
Altos cargos oficiales de Bielorrusia de momento se abstienen de comentar los planes de Transneft. Expertos, por su parte, consideran que las acciones de Rusia son bien lógicas. "Rusia está diseñando su estrategia energética con vistas a diversificar los itinerarios de transporte de hidrocarburos, lo que responde plenamente a sus intereses nacionales, y no sólo a los de Transneft - manifestó el economista bielorruso Leonid Zaiko-. Rusia pasa a suministros directos a Alemania, su socio principal. Los eslabones innecesarios y molestos son Bielorrusia, así como Ucrania, Eslovaquia y Polonia".
La tubería paralela que planea tender Transnef ayudará a Rusia a protegerse contra el chantaje de Bielorrusia", opina el economista bielorruso Leonid Zlotnikov. Si los términos de tránsito a través de Bielorrusia dejan de serle convenientes a Rusia, este país podrá fácilmente emplear la tubería optativa para suministrar agentes energéticos a Europa. Zlotnikov ha calificado la nueva cañería como "instrumento sui generis llamado a moderar los apetitos tanto de Bielorrusia como, digamos, de Polonia".
