Hace un año ya estaba claro que Vladimir Putin no se proponía prolongar el plazo de su mandato presidencial. En cambio, se propone prolongar su poder.
Para conseguirlo, se necesita un sucesor que acepte jugar el papel de 'gobernador provisional' y sepa complacer a un mayor número de figuras influyentes. En segundo lugar, se necesitan distintos mecanismos de aseguramiento.
Lo más probable, Putin evitará colocar a su sucesor en el cargo de primer ministro: deberá ser una persona que no dependa del futuro presidente.
Es evidente que después de marzo de 2008 (elecciones presidenciales en Rusia) el 'zar' seguirá siendo 'zar'. Pero, ¿cómo se podría formalizarlo? Algunos opinan que Putin será un 'poderoso ciudadano' y nada más. Es difícil creerlo porque en Rusia no está bien visto que un ciudadano que pretende tener influencia y poder -y que ya las tiene - quede sin cargo ni estatuto oficial.
Putin ya había dicho explícitamente que no quería ocupar cargos en ningunas corporaciones. El futuro presidente tampoco debería encabezar el Gobierno. Es muy posible que en marzo de 2008 todo se limite a la introducción del ex presidente en el Consejo de Seguridad de Rusia.
Huelga decir que el partido 'Rusia Unida' está ansioso por colocar a Putin a la cabeza del partido. Pero, ¿lo aceptaría Putin? Para hoy, la mayoría constitucional en la nueva Duma de Estado (cámara baja del Parlamento) la forman dos partidos que deben sus éxitos a Putin: 'Rusia Unida' y 'Rusia Justa'. Así las cosas, podría ser útil una estructura que unifique esos dos partidos o, incluso, que unifique todos los demás. Algo parecido había existido en China: el Consejo Político Consultivo del Pueblo. Lo había encabezado Den Xiaoping entre 1978 y 1983. En este caso Putin podría llegar a ser presidente y líder político a la vez.
