San Petersburgo, 31 de mayo, RIA Novosti. Organismos judiciales de Gran Bretaña y Rusia deben verificar las declaraciones que hizo el empresario Andrei Lugovói, opina el presidente del Consejo de la Federación de Rusia, Serguei Mirónov.
Lugovói, a quien la fiscalía británica acusa de haber envenenado al ex oficial del FSB, Alexandr Litvinenko, en noviembre de 2006, ha declarado que Litvinenko y el emigrado político Borís Berezovski fueron contratados por MI 6 y que el servicio de inteligencia británico intentó engancharlo a él también.
Lugovói ofreció tres versiones del asesinato de Litvinenko: por servicios secretos británicos, por la llamada mafia rusa y por Berezovski, así como dijo disponer de pruebas de que los servicios en cuestión tenían que ver con el envenenamiento del ex oficial del FSB. Según él, en todo caso tal envenenamiento no podía realizarse sin que lo controlaran los servicios secretos británicos.
El empresario dio a entender que en el asesinato del popular periodista de televisión Vladislav Lístiev, en marzo de 1995, no descubierto hasta ahora, podía estar interesado Berezovski.
