La población de Rusia está convencida de que ninguno de los dirigentes máximos, a excepción de Vladímir Putin, es capaz de dar solución a los problemas de afronta el país.
Tan sólo el 1% de los encuestados confía en la eficiencia del primer ministro, Mijaíl Fradkov, mientras los vicepresidentes del Gobierno, Alexandr Zhúkov y Serguei Naryshkin, registran el índice cero. Habida cuenta de que solo el 7% y el 4% de los rusos confía en la diligencia de los primeros vicepresidentes del Gobierno, Dmitri Medvédev y Serguei Ivanov, respectivamente, sería recomendable que el presidente busque al sucesor más eficaz.
El 6% de los encuestados está seguro de que el presidente de la Duma de Estado, Borís Gryzlov, es capaz de dar solución a los problemas complicados, mientras el índice de popularidad del jefe del Consejo de la Federación, Serguei Mirónov, se mantiene en torno al 5%.
El pueblo desconfía de gobernadores, asesores del presidente y grandes empresarios. Dentro de este ambiente de desconfianza y desilusión total consiguieron franquear el umbral del 7% el líder de los comunistas, Guennadi Ziugánov, y el líder del Partido Democrático Liberal, Vladímir Zhirinovski.
Incluso el electorado de "Patria Unida" desconfía de su líder. Los últimos sondeos de opinión arrojan que solo el 11% de los partidarios del partido oficialista considera que Gryzlov es capaz de ejercer el cargo de una manera independiente, sin consultar con Putin.
El 38% de los ciudadanos se muestra convencido de que únicamente Vladímir Putin puede gobernar con diligencia el país.