El grupo Boeing pretende anunciar el próximo sábado, en el marco del XI Foro Económico Internacional de San Petersburgo, una serie de nuevos proyectos en Rusia. En particular, se trata de reanudar el contrato con la aerolínea rusa Aeroflot, para el suministro de 22 aviones Boeing 787. A cambio de esta transacción, evaluada en torno a US$2.000 millones y virtualmente embargada en 2006 por la Administración estadounidense, Boeing ayudará al grupo aeronáutico ruso Sukhoi en la promoción del nuevo modelo de rutas regionales Sukhoi Superjet.
Los expertos dicen que Rusia hace una referencia a EEUU en respuesta a la Unión Europea, la cual no ha dejado a Moscú participar en la gestión de EADS, el mayor consorcio mundial de construcciones aeronáuticas.
El director general de Aeroflot, Valeri Okúlov, afirmó en las páginas de Kommersant que su empresa aspira a convertirse, "a través de fusiones y absorciones", en una de las principales aerolíneas europea, junto con British Airways, Air France-KLM y Lufthansa.
Okúlov recordó que Aeroflot quiere comprar Alitalia, así como la aerolínea serbia JAT Airways. A diferencia de otros pretendientes para la compra de Alitalia, la compañía rusa puede aportar "uno de los mercados más dinámicos del mundo", el ruso, señaló Okúlov. La absorción de esta aerolínea permitiría a Aeroflot ampliar considerablemente sus oportunidades comerciales, en primer lugar, en Europa, África del Norte y América Latina.
