Rusia puede denegarle a Irán los suministros del combustible nuclear para central de Bushire, si las autoridades de Teherán no hacen público su programa nuclear. Tal condición no fue formulada a nivel oficial, afirman representantes de la cancillería rusa, mientras la Agencia rusa de Energía Atómica (Rosatom) en fechas próximas no planea efectuar suministros por razones técnicas y financieras. Expertos, por su parte, opinan que Rusia simplemente busca un pretexto para no terminar la construcción de la central electronuclear.
Ayer, Associated Press, alegando a unos diplomáticos europeos y norteamericanos que prefirieron escudarse en el anonimato, comunicó que Rusia le presentó a Irán otro ultimátum. Aparte de dejar de enriquecer uranio en su territorio, Irán debe desclasificar su programa nuclear y facilitar la correspondiente información a la AIEA y a la comunidad internacional. De lo contrario, Moscú no suministrará combustible nuclear para la central de Bushire que se está construyendo con asistencia técnica de Rusia. La central debería ponerse en explotación ya el próximo otoño, pero en marzo pasado, Moscú manifestó que la parte iraní no efectuaba oportunamente los pagos.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia no dispone de información sobre nuevos requerimientos a Irán, manifestó Andrei Krivtsov, director adjunto del departamento de información y prensa de la cancillería.
"De conformidad con los requisitos tecnológicos, los suministros de combustible a una central electronuclear deben comenzar medio año antes de su puesta en funcionamiento, pero Irán incumplió el cronograma de financiación de la obra, por lo cual de momento no podemos la fecha de suministro del combustible", expresó Serguei Nóvikov, portavoz de Rosatom.
"En las negociaciones con Irán a puerta cerrada, Rusia mantiene una postura bien rígida, pero no quiere formar un bloque con EEUU", opina Iván Safranchuk, experto del Instituto de Seguridad Internacional.
"No se esperan nuevos contratos por parte de Irán, Rusia no se propone terminar la central de Bushire, y los posibles nuevos requerimientos no son otra cosa que pretexto para dejar inconcluso el proyecto", opina un interlocutor de Vedomosti que está al tanto de la postura de la parte rusa.
"Irán es un socio de poco fiar, y hoy en día, ni siquiera los exportadores rusos de armas desean hacer negocio con este país, con tanta más razón de que hemos de elegir entre Irán y los países del Golfo Pérsico, por ejemplo, los Emiratos Árabes Unidos", confirma Ruslán Pújov, director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías.
