A partir del próximo 14 de octubre, Rusia desgravará por un plazo de nueve meses la importación de procesadores y cargadores para teléfonos móviles. La decisión tendrá escasas repercusiones en los precios minoristas pero podría atraer hacia el mercado local a algunos productores de equipos electrónicos que antes preferían construir sus plantas en los países de la Europa del Este.
La desaparición del arancel, actualmente del 10%, se produce gracias a las gestiones de Intel y Elcoteq. En 2006, Rusia suprimió los derechos de importación en el renglón de ordenadores y componentes informáticos pero los mantuvo para procesadores, debido a lo cual la producción local de tales equipos implicaba un coste extra, mientras que importadores netos sólo pagaban el IVA, del 18%.
La nueva disposición del Gobierno ruso va a beneficiar en primer término a las empresas extranjeras que pertenecen a la categoría de ensambladoras contratadas. El margen neto en este mercado pocas veces supera el 4%, de modo que los jugadores luchan por cada décima. Rusia será un país más atractivo para estas compañías que antes ensamblaban equipos en la Europa Oriental, donde los aranceles quedaron suprimidos hace tiempo.
