Cualquiera coalición parlamentaria que nazca en la Rada Suprema difícilmente modifique a fondo la relación de Ucrania con Rusia. El futuro de la cooperación interestatal entre los dos países depende de la solución del problema de gas, llegaron a la conclusión compartida los prestigiosos expertos ucranianos.
Vladímir Fesenko, director del Centro de Estudios Políticos Aplicados: En caso de asumir Yulia Timoshenko la presidencia del Gobierno, la tónica de las futuras relaciones ruso-ucranianas dependerá sólo de la solución del problema gasístico. En declaraciones públicas Timoshenko insiste en la necesidad de hacer transparentes las relaciones ruso-ucranianas en el ámbito del gas, pero al propio tiempo, no ceja en el esfuerzo por poner bajo su control la transportación del gas a través de Ucrania. Por eso optará por promover una política flexible. Es poco probable que en un futuro próximo Timoshenko instrumente una nueva campaña antirrusa, apostando por mantener el status quo entre Ucrania y Rusia. No es ningún secreto que Timoshenko pone sus miras en Europa y procura erigirse en líder europeo.
Konstantín Bondarenko, director del Instituto de Problemas de Gestión de Kíev: Timoshenko nunca ha sido enemigo de Rusia, tiene buenas relaciones con grandes empresarios rusos.
Vadim Karasev, director del Instituto de Estrategias Globales: En su condición de presidenta del Gobierno, Timoshenko promoverá al primer plano la problemática energética. Someterá a revisión todas las iniciativas del Gobierno anterior en materia de cooperación ruso-ucraniana en la industria del gas, incluida la idea del consorcio de transporte de gas. Correrán la misma suerte los acuerdos entre los departamentos nucleares de los dos países. Timoshenko tratará de adecuar el sector energético ucraniano a la estrategia europea. Y se sabe que Bruselas protege a los consumidores y no a los proveedores.
