Vladímir Putin manifestó en público su descontento con la presencia de extranjeros en la cúpula de grandes corporaciones rusas y se pronunció por reemplazarlos con ejecutivos locales. Estas declaraciones del presidente tomaron por sorpresa a los expertos.
Peter Forro, asesor jefe de la agencia cazacerebros Neumann International, señala que en las grandes empresas rusas se ven, en realidad, muy pocos expatriados en puestos clave. En las siderúrgicas NLMK, MMK y Mechel, por ejemplo, no hay ninguno. En la sede de UC Rusal, según la portavoz de esta corporación, trabajan tres extranjeros. En el grupo NorNickel, hay sólo uno, el subdirector general Tav Morgan, entre los ochos miembros de la mesa directiva. Lo mismo pasa en la petrolera Rosneft, donde el único ciudadano extranjero es Peter O'Brian, vicepresidente de Finanzas.
El consejo de administración de TNK-BP incluye a 6 rusos y 8 extranjeros pero no es casual porque la mitad de las plazas de máximo nivel, incluidas la del presidente y la del director financiero, se reservan para ejecutivos de BP, por acuerdo de accionistas. En el conjunto de la empresa, los extranjeros representan menos del 10%.
Stanislav Alexéiev, socio gerente de Transearch/Top Hunt International, está convencido de que la contratación de ejecutivos extranjeros es una necesidad objetiva: los rusos aún tienen que aprender muchísimo en lo que respecta a la organización de los procesos industriales y logísticos.
En caso de que los extranjeros se vayan, el perjuicio será enorme, advierte Fiódor Sheberstov, cazacerebros de Pynes & Moerner: "Los asesores son de poca ayuda cuando el problema es la falta de experiencia. Ésta se transmite únicamente en el proceso del trabajo conjunto".
El ejecutivo de una empresa energética, quien insiste en el anonimato, explica la declaración de Putin por el populismo electoral: "Hay que reparar en la eficiencia del empleado, no en su origen. De lo contrario, no es más que chovinismo".
Una fuente de la Administración Presidencial piensa que Vladímir Putin no aludía a la necesidad de deshacerse de ejecutivos extranjeros. Hace unos días, el presidente sugirió a los clubes rusos de fútbol dedicarse a la formación de talentos locales, en vez de gastar millones de dólares en el fichaje de legionarios. Con los ejecutivos empresariales pasa lo mismo, cree este funcionario: es obvio que el país necesita a profesionales de primera para seguir adelante.
