Roberto Correa Wilson cyt@prensa-latina.cu
La Habana, Pl, para RIA NOvosti. Por Roberto Correa Wilson.- Pasar un día con la familia en la playa es una de las diversiones más extendidas durante las vacaciones de verano, y jugar con la arena construyendo las más variadas figuras es uno de los entretenimientos más gustados por los niños, aunque los mayores muchas veces no están totalmente ajenos.
Hay un mundo fascinante bajo la arena. Una playa se forma debido al empuje del mar sobre la costa.
La energía del oleaje determina el tamaño de los sedimentos y el tipo de playa: si los granos de arena tienen un diámetro de entre 0,062 milímetros y dos milímetros, es de arena; si es superior a los dos milímetros, es de grava; y si es menor de 0,062, es una playa de fango.
Detrás de cada cubo de lodo se esconde un completo arsenal de reacciones físicas. Las figuras hechas por los niños (casas, castillos), se mantienen en pie porque la arena húmeda se compacta debido a que el agua forma pequeños puentes entre los granos.
Pero si la cantidad de agua es excesiva, la conexión entre las partículas desaparece y la arena comienza a fluir con celeridad.
El comportamiento de la arena mojada sigue desconcertando a los científicos. Por ejemplo, durante un terremoto el suelo húmedo que se encuentra bajo la superficie terrestre puede llegar a licuarse, es decir, a convertirse literalmente en agua. Y aún no se sabe por qué.
Investigadores han afirmado que estudiar la licuefacción del suelo en laboratorios terrestres es difícil porque el propio peso de la arena genera estrés sobre los granos. Expertos han enviado arena al espacio para conocer los cambios internos, la arena se lanza a la órbita terrestre, sin gravedad.
En la Tierra, la arena se analiza a través de tomografía computerizada y después las imágenes se reconstruyen en tres dimensiones. Estos ensayos, afirman científicos, aportan valiosa información, tanto sobre la construcción de edificios en zonas de movimientos sísmicos, como sobre el deslizamiento de granos.
GRAN INCOGNITA
Especialistas indican que una de las mayores incógnitas por desvelar es la situación de equilibrio de la playa, es decir, el momento en que está recibiendo el aporte de arena similar al que se pierde. Se asegura que el 90 por ciento de los materiales que forman las playas vienen de los ríos.
La mayoría de las playas está en desequilibrio y suele predominar la pérdida, asociada a la construcción de embalses, puertos, paseos marítimos y otros. A veces se intenta regenerar la arena dragando de la zona sumergida o trayéndola de otras playas, pero no siempre funciona.
Se citan casos de playas que cada año se intenta regenerar con arena de una playa cercana, y cada año, sistemáticamente, desaparece después del primer temporal.
Aunque haya quien considere el ambiente de la playa poco propicio para la vida, lo cierto es que la zona más próxima al mar cuenta con cientos de especies encantadas en el espacio en que les ha tocado vivir.
La fauna que allí habita se ha adaptado perfectamente a unas condiciones mucho más estables de lo que pueda parecer: la temperatura de la arena se mantiene fija, igual que la salinidad del agua que circula entre sus granos; además, los animales que se entierran no sufren la exposición al sol ni la desecación cuando baja la marea.
Sin duda, los seres que han desarrollado el mecanismo de adaptación más fascinante son los que pertenecen a la llamada fauna intersticial o meiofauna. Estos han reducido su tamaño hasta límites insospechados y residen en huecos o intersticios que hay entre los granos de arena de la playa.
Estos no llegan al milímetro de longitud y se encuentran en la zona húmeda, a partir de los 20 centímetros de profundidad. Subrayando, la fauna que vive bajo la arena apenas mide un milímetro. Su cuerpo tiende a ser alargado y algunos poseen estructuras que les sirven de armaduras para evitar ser aplastados.
Según expresan expertos biólogos, esta fauna es muy importante desde el punto de vista de la biodiversidad, y es probable que a pesar de los muchos animales descubiertos, queden otros muchos por descubrir, que también pertenecen a ese género. Ciertamente es un mundo inimaginable para el hombre común.
Quizás después de leer esta crónica, en lo adelante, cuando usted vaya a la playa, tal vez pise con cuidado la arena para no perturbarle la vida a estos seres inofensivos, representativos, se puede decir, de la fauna marina.
Estos son algunos de los misterios que encierra la arena, y que los hombres de ciencia aún intentan desentrañar.
