Por boca de Daniel Fried, secretario de Estado adjunto para Asuntos Europeos y Eurasiáticos, Washington ha insinuado que estaría dispuesto a tomar en consideración las inquietudes de Moscú y renunciar al emplazamiento de elementos de la defensa antimisiles (DAM) en Europa del Este. Pero antes Rusia debe conseguir que Irán inhiba su programa nuclear.
Ayer, durante la sesión de preguntas y respuestas, Vladímir Putin dijo a los ciudadanos de Rusia: "Los recientes contactos con los norteamericanos evidencian que analizan nuestras propuestas y buscan las vías para disipar nuestras preocupaciones". Acto seguido, el primer mandatario expresó que si las decisiones en materia de DAM "se toman sin tomar en cuenta los intereses de Rusia, adoptaremos las medidas pertinentes para garantizar nuestra seguridad nacional".
Estos gestos conciliantes por parte de EEUU se deben a la rígida postura de Rusia, opina Nikolai Zlobin, director de programas para Rusia y Asia en el Instituto de Seguridad Mundial (Washington). "Los norteamericanos fueron muy extrañados por la reacción de Rusia a sus planes de emplazar la DAM, así como por las afirmaciones del Kremlin de que la DAM apunta contra Rusia", dijo Zlobin al destacar que de todas formas Washington "se da cuenta de que es imprudente arrinconar a Putin y empieza a buscar fórmulas de compromiso".
Podría haber motivado susodichas iniciativas estadounidenses una oferta que Putin entregó al líder religioso de Irán, ayatollah Ali Khamenei, durante la reciente visita a Teherán. Hizo mención de ésta el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Larijani: "Entre los temas que él (Putin) abordó figuró su visión del programa nuclear. Ahora estamos estudiando sus planteamientos". Posiblemente, Putin les hizo a los iraníes una propuesta que ellos no podrán rechazar, y los norteamericanos intuyen su contenido.
El problema ahora estriba en la reacción de los líderes iraníes. Liudmila Kuláguina, colaboradora del Instituto de Orientalismo (Academia de Ciencias de Rusia), versada en la problemática iraní, cree que "el principal estímulo para la actual diplomacia iraní podría ser la aspiración a evitar la guerra con EEUU". Nina Mamédova, otra colaboradora del citado Instituto, también versada en temas iraníes, ha expresado que para Irán lo fundamental es "nadie ponga en tela de juicio el derecho a desarrollar su propio programa nuclear y que este derecho sea debidamente refrendado". Según la científica, "las recientes publicaciones en la prensa iraní y las declaraciones de los altos cargos oficiales evidencian que Irán ha decidido no poner mucho énfasis en el tema nuclear".
