Según la prensa británica, Londres ha firmado con Ashjabad un pacto secreto que podría dejar a la rusa Gazprom sin acceso al gas turkmeno y abortar la construcción de dos tuberías importantes hacia Europa.
Es evidente que a British Petroleum (BP) les interesa una ruta alternativa para el transporte del gas turkmeno pero algunos analistas rusos - entre ellos, Dmitri Abzálov, del Centro de coyuntura política - se inclinan a pensar que, en realidad, Gran Bretaña y Turkmenistán no han suscrito todavía acuerdo alguno, y que la noticia a este respecto, "filtrada" a las páginas de Times, augura una campaña mediática con el objetivo de reducir la influencia de Gazprom.
Lo que pretende BP es promover en Turkmenistán las ventajas de un proyecto occidental, Nabucco, rival directo del gasoducto que Rusia quiere construir en la costa del Mar Caspio. Según Abzálov, la empresa británica se ve obligada a hacerlo puesto que el volumen de sus reservas probadas bajará notablemente tras el acceso de Gazprom al yacimiento de Kovykta. Las negociaciones con Turkmenistán, si terminan de manera exitosa, permiten a BP recuperar buenos indicadores en el balance y, encima, desquitarse ante Gazprom por lo de Kovykta. En caso de que el gas turkmeno fluya a través de Nabucco, el monopolio ruso será incapaz de cerrar sus "tenazas de gas" en torno a Europa, idea que viene acariciando desde hace años, explicó el experto. Dos proyectos de Gazprom - Blue Stream 2 y Nord Stream - van a perder sentido, agregó Abzálov.
Lo anterior obligaría al coloso ruso a acelerar el desarrollo de Kovykta, así como de los yacimientos gasíferos en la plataforma marina, a pesar de que no tiene ahora recursos para ello. Si Gazprom no ha procedido hasta la fecha a la explotación de Kovykta y Stockman, es únicamente porque ha podido cumplir sus obligaciones a costa del gas turkmeno, al decir de Abzálov.
