Julio Bocca se despidió de los escenarios en multitudinario concierto en Buenos Aires

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TeleSUR _ 24/12/07 Cientos de miles de personas ovacionaron en Buenos Aires al bailarín rioplatense Julio Bocca, en un multudinario concierto con el que Bocca, de 40 años de edad, dio su adiós "definitivo" a las tablas del espectáculo, después de 27 años de una exitosa carrera profesional.

Unas 500 mil personas, según los organizadores del evento, coparon la avenida 9 de Julio, principal arteria de Buenos Aires, la ciudad que lo vio nacer, en un escenario de 900 metros cuadrados instalado a un costado del Obelisco, símbolo de la capital argentina.

En la avenida 9 de Julio se instalaron cinco pantallas de 12 metros cuadrados para que el público pudiera seguir cada paso de las diferentes coreografías. Marcos Mundstock, del quinteto argentino Les Luthiers, fue el presentador.

El acto arrancó con una proyección en la que se pudieron ver fotografías del artista desde su infancia hasta la actualidad, así como imágenes de su familia y fragmentos de cada una de las actuaciones en las que desplegó su arte, desde su debut internacional en 1982 en la Fundación Teresa Carreño de Venezuela, hasta su medalla de oro en el V Concurso Internacional de Danza de Moscú, en 1985, y sus últimas actuaciones en 2006.

Tras la presentación, el silencio llenó la avenida y sólo se interrumpió cuando apareció Bocca en escena junto a los bailarines argentinos Eleonora Cassano, quien fuera su pareja artística por 20 años, y Maximiliano Guerra para interpretar "El Corsario Pas de Trois".

Las luces azules y blancas, colores de la bandera argentina, iluminaron un escenario por el que pasaron las principales figuras de la danza mundial, como Manuel Legris, "Etoile" de la Ópera de París; José Carreño y Nina Ananiashvili, ambos del American Ballet; así como los integrantes del Ballet Argentino, creado y dirigido por Bocca.

La española Tamara Rojo, bailarina principal del Royal Ballet de Canadá, también estuvo presente e interpretó con Bocca "El Quixote".

Después de una hora y media de danza, Bocca, quien mantuvo una sonrisa permanente durante todo el espectáculo, salió al escenario rodeado de sus amigos y familiares para despedirse del público.

"Estoy feliz, cansado y la verdad que tras 27 años quería llegar al final bien, en forma y que la gente se lleve un buen recuerdo mío encima del escenario", había dicho horas antes de su despedida.

Toda una vida danzando

Según relata Angeline Montoya en su libro "Julio Bocca. La vida en danza", la madre del bailarín, la profesora de baile clásico Nancy Bocca, le inculcó la pasión por el baile.

Bocca se formó en el Teatro Colón y, a los 15 años, ya era un profesional en el Teatro Teresa Carreño de Caracas, antes de pisar los principales escenarios del mundo.

En 1985 obtuvo la medalla de oro en el Concurso Internacional de Ballet de Moscú. Su actuación llamó la atención del director del American Ballet Theatre, Mijaíl Baryshnikov, que lo contrató en 1986.

Debutó como primer bailarín del American con el "Cascanueces" y representó en el gran Metropolitan de Nueva York obras como "La bella durmiente", "Las variaciones Donizetti", "La sylphide", "Romeo y Julieta", "Don Quijote" y "Gaité parisienne", entre otros títulos.

También ha actuado con grandes compañías como Royal Ballet de Londres, Bolshoi de Moscú o Kirov de Leningrado y ha creado además su propia compañía, el Ballet Argentino, con la que ha realizado giras por Europa y Japón. En el nuevo milenio conquistó Broadway con el musical "Fosse".

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