La proclamación de la independencia de Kosovo depara problemas a Europa pero Moscú, con su postura de principios en esta materia, tiene escasas oportunidades de influir en la situación, consideran expertos rusos.
Alexei Malashenko, colaborador del Centro Carnegie de Moscú: Un Kosovo independiente representa un problema para Moscú. Hay una probabilidad del 99,99% de que Rusia se abstenga de reconocer a las repúblicas rebeldes de Abjasia y Osetia del Sur a pesar de que habrá gritos habituales en la Duma de Estado. La falta de pasos concretos en esta dirección va a ser interpretada como una debilidad y afectará mucho al prestigio de Rusia pero lo único que le queda es tragarse la ofensa a regañadientes.
Timofei Bordachev, director del Centro ruso de estudios globales europeos e internacionales: Rusia tiene muy pocos aliados en el mundo y el "sí" que, de hecho, dice a Abjasia y Osetia del Sur nunca será pronunciado como reconocimiento de su independencia desde una tribuna internacional.
Nikolai Kavéshnikov, colaborador del Instituto ruso de Europa: Se va extinguiendo en Europa el principio de la intangibilidad de las fronteras, así que sería completamente natural que Moscú revisara su postura con respecto a Transcaucasia y Transnistria. Es evidente que la actitud de Rusia hacia los conflictos congelados en el espacio postsoviético tendrá que sufrir cambios. Cabe esperar algunos pasos hacia el reconocimiento de los cuasi-Estados existentes en el territorio de la CEI pero serán pasos intermedios, por ejemplo, la apertura de las delegaciones diplomáticas en vez de embajadas en Abjasia y Osetia del Sur.
Alexei Arbátov, jefe del Centro de seguridad internacional adjunto al Instituto ruso de Economía Mundial y Relaciones Internacionales: Los países que se preparan para reconocer la independencia de Kosovo son los mismos que lanzaron en 1999 una operación militar contra Yugoslavia. Denegar la independencia a los albano-kosovares sería para ellos lo mismo que confesar que su actuación hace nueve años fue equivocada. Sería ofrecer un motivo para interpretar los bombardeos de Serbia como acciones irresponsables y criminales. Ahora bien, si Rusia respondiera de la misma manera en Abjasia y Osetia del Sur, se estaría creando problemas similares en una zona de sus intereses estratégicos, además de participar en la destrucción de las bases del orden mundial que existe a día de hoy.
Yevgeni Satanovski, director del Instituto ruso del Oriente Próximo: Numerosos Estados afectados por el separatismo podrían desintegrarse debido a la estupidez de los políticos europeos. A juzgar por todo, los europeos quieren tener a otro Estado musulmán cerca de sus fronteras y, lamentablemente, la postura de Rusia no conduce a ninguna parte. Kosovo es una mina que podría explotar todo el sistema europeo.
