Rusia no tiene hasta la fecha una estrategia clara con respecto a Transcaucasia, región donde su única aliada es Armenia, constata el miércoles Nezavisimaya Gazeta.
Alrededor de 4.500 efectivos militares - básicamente, procedentes de Armenia, Rusia y Tayikistán - van a participar en una serie de ejercicios conjuntos de jefes y Estados Mayores que la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) tiene previsto celebrar en las inmediaciones de Ereván en el período de julio-septiembre de 2008. El objetivo de estas maniobras es ensayar una operación que la OTSC emprendería en ayuda de Armenia, si esta sufriera una agresión por parte de un Estado N.
Los mandos de la OTSC niegan en términos categóricos cualquier paralelismo con la situación configurada en Transcaucasia, así como las alusiones al eventual conflicto entre Armenia y sus vecinos. Ellos señalan que las maniobras son rutinarias, similares a las que se llevaron a cabo en Bielorrusia, Kazajstán, Kirguizistán, Rusia y Tayikistán, y que no apuntan contra terceros países. El Gobierno de Azerbaiyán, según ellos, está avisado.
Aún así, podría entenderse por el Estado N alguno de los países limítrofes con Armenia: Georgia, Turquía o Azerbaiyán. A este último le preocupa que la OTSC se haya propuesto ensayar una operación de ayuda militar a una nación que tiene conflicto pendiente con Azerbaiyán en torno a la pertenencia de Nagorno Karabaj. A ello habría que sumar la antigua disputa histórica con Turquía acerca del genocidio.
En el marco de la OTSC, Armenia es un caso muy peculiar, una especie de enclave porque no tiene frontera con otros Estados aliados. ¿Qué pasaría, si Azerbaiyán o Georgia prohibiesen, por ejemplo, el traslado de los militares de la OTSC a través de su espacio aéreo? ¿Debería Rusia protestar por canales diplomáticos y exasperar las de por sí difícil relación con Bakú y Tbilisi? ¿Y qué haría en caso de que el bloqueo de Armenia y las operaciones militares se hicieran realidad?
Los cargos oficiales eluden dar una respuesta clara. Bakú y Tbilisi, entretanto, también se hacen las mismas preguntas y es por ello, tal vez, porque quisieran abastecerse de sistemas de defensa antiaérea provenientes del arsenal de la OTAN. Hay numerosas interrogantes y pocas respuestas. Algunas, además, están en el plano de la fuerza militar. Rusia, como país que manda en la OTSC, debería haberse elaborado hace tiempo una estrategia precisa y equilibrada con respecto al Cáucaso, cosa que no tiene hasta la fecha. La única alternativa a ello es la vía militar que es inadmisible.
