Washington, 24 de marzo, RIA Novosti. Zack Dunlap, habitante de la ciudad de Frederick, Estado de Texas, EEUU, salió del hospital, donde pasó un mes y medio, luego que los médicos habían constatado la muerte de su cerebro, informa la prensa local.
A Dunlap, de 21 años, lo declararon muerto el 19 de noviembre de 2007 en el hospital de Wichita Falls, Estado de Texas, a donde lo habían llevado tras un accidente de carretera. Los parientes ya dieron autorización para sacarle órganos al joven con fines de trasplante, pero durante la ceremonia de despedida él inesperadamente movió un brazo y una pierna.
Entonces los presentes le apretaron una uña y le tocaron con un cuchillo de bolsillo la planta de un pie, a lo que el muchacho reaccionó al instante.
Actualmente Zack guarda aquel cuchillo como un talismán.
"Sólo una gente muy buena muere siendo joven. Yo me he quedado", dice en broma el muchacho.
Zack todavía no se ha recuperado del todo, tiene problemas con la memoria. La plena recuperación puede llevarle un año o hasta más ... "No importa el tiempo que necesite él para convalecer del todo. Damos gracias a Dios por tenerlo aquí con nosotros", dice la madre del joven.
El padre dice haber visto los resultados del escaneo del cerebro de Zack. "La actividad era nula, no había flujo de sangre", recuerda él.
"Vivimos todas las emociones que pueden vivir unos padres: desde el más profundo dolor hasta la más grande felicidad", dice la madre de Zack.