Se presentaron problemas en el proceso de creación de la "OPEP de gas", organización que ha de asociar a los principales productores y exportadores mundiales del gas natural. Pese al obvio interés de Moscú por el cartel gasístico, las autoridades de Rusia adrede dan largas al asunto, pues no desean asumir los compromisos excesivos dentro de la nueva estructura, sostienen los analistas.
Ayer, en Teherán se inauguró la quinta reunión del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG). Pero en vez de ministros, acudieron a la capital iraní los funcionarios de menor rango y expertos. Una nueva reunión del FPEG, que ha de celebrarse en Moscú el 24 de junio de este año, podría ser aplazada hasta octubre o noviembre, a solicitud de Rusia, afirma el ministro de Petróleo de Argelia, Shakib Khelil.
Los expertos atribuyen la demora en la creación del nuevo organismo a la renuencia de Moscú a asumir los compromisos excesivos dentro del mismo. Irán, insistiendo en crear la nueva OPEP lo más pronto posible, pretende alcanzar los objetivos políticos propios. La República Islámica, segundo país en importancia del mundo por reservas de gas, prácticamente no exporta este hidrocarburo y hasta lo importa, también desde Turkmenistán. Mientras Rusia es el principal proveedor de gas a Europa y estructura su relación con los países de la Unión Europea en virtud de los contratos a largo plazo que recogen los precios, vinculados a los precios mundiales del petróleo. Y las autoridades de Moscú no tienen intenciones de revisar las prácticas de exportaciones ni concordar los precios del gas con otros miembros potenciales del cartel.
"Desde luego, la idea misma de la creación de la OPEP de gas resulta atractiva para Rusia, país que ocupa el primer lugar del mundo por las reservas del gas natural -dice el director del Instituto de Energía Nacional, Serguei Pravosúdov-. Pero carece de sentido darse prisa. El correr del tiempo redunda en beneficio de Moscú por lo que se dan largas a la formalización definitiva del cartel."
