Por cuarta vez consecutiva el diferendo del gas entre Rusia y Ucrania coincide con la celebración del Año Nuevo. Si los europeos no encuentran una alternativa al gas ruso, este conflicto se hará eterno, escribe en su edición de hoy el diario ruso Vedomosti.
En diciembre del año pasado, las autoridades rusas se han visto obligadas a desviar la atención de la población de los problemas internos hacia los externos. Esto se debió a la protesta de los automovilistas y mineros, la indignación de los jubilados e incluso de los militares. La insolencia de Ucrania al negarse a pagar por el gas y que descaradamente lo roba, servirá como pararrayos para que la población rusa aplaque su irritación y preocupaciones.
Desde finales de diciembre la televisión rusa ya no transmite programas sobre problemas relacionados con la devaluación del rublo, con el encarecimiento de los alimentos, de los servicios comunales y del transporte, ya no se oye sobre los despidos masivos. Los conciertos festivos se alternan solo con reportajes acerca de los europeos que ahora sufren de frío por culpa de los ucranianos.
El conflicto gasístico es más beneficioso para las autoridades ucranianas. Dentro de un año se llevarán a cabo las elecciones presidenciales. El enfrentamiento con Gazprom conviene a los candidatos potenciales independientemente de sus puntos de vista y plataforma electoral. ¿Qué es más agradable? Explicarle a la población ¿porqué la inflación real supera el 20%; la grivna (moneda ucraniana) se devaluó en el 50%; que cientos de miles de personas fueron despedidas de sus trabajos, o enojarse por las artimañas de Moscú? El problema del gas servirá como pretexto para tener fama de patriota inflexible para quien la independencia nacional es más importante que la búsqueda de fórmulas de compromiso.
El diferendo entre Moscú y Kiev también es provechoso para "Gazprom": la idea de tomar bajo control el gasoducto de tránsito que se extiende por el territorio de Ucrania, no parece tan irreal, si se toma en cuenta la situación electoral y la confusión política y económica en el país. Es el momento más adecuado para negociar. A propósito, hace tres años cuando "Gazprom" por primera vez cerró las válvulas de gas, logró conseguir acceso al mercado gasístico de Ucrania.
