Las autoridades de la Unión Europea no introducirán restricciones injustificadas para la construcción del gasoducto South Stream, que se tenderá desde Rusia a Europa por el fondo del mar Negro, declaró hoy el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger.
“No opondremos ningunos obstáculos burocráticos ni limitaciones injustificadas. Procederemos como consocios honestos”, dijo Oettinge en Bruselas durante la presentación del proyecto South Stream a la Comisión Europea.
“Ese proyecto no será nuestra prioridad número uno, pero comprendemos su importancia”, señaló.
La Unión Europea está aplicando una política de diversificación de fuentes energéticas y de sus suministradores, en particular, para disminuir la dependencia de Europa con respecto al gas y el petróleo rusos.
El proyecto South Stream supone la construcción de un gasoducto desde Rusia hasta países de Europa del Sur y Central a través del mar Negro. Adquirió una importancia especial tras el “conflicto de gas” ocurrido entre Rusia y Ucrania a finales de 2008 y comienzos de 2009, por el que dejó de suministrase gas a miles de consumidores europeos durante casi un mes.
Actualmente, en la realización del proyecto participan en condiciones de paridad el holding ruso Gazprom y la compañía italiana Eni. Hasta finales del año en curso planean unirse también la francesa EdF y la alemana Wintershall, con el 10% y el 15% de las acciones respectivamente, disminuyendo en ese porcentaje la participación de Eni.
Se supone que el gasoducto tendrá cuatro hilos con capacidad de 15.570 millones de metros cúbicos de gas cada una. El primero deberá ponerse en explotación el 30 de diciembre de 2015, con la sucesiva puesta en explotación de un hilo al año. Su potencia total, de 63.000 millones de metros cúbicos de gas, se alcanzará en 2018. El costo del tramo marítimo del gasoducto será de unos 15.500 millones de euros.
