El portavoz de la familia imperial rusa, Iván Artsishevski, expresó la esperanza hoy de que hacia la celebración del 400 aniversario de la Casa Románov en 2013, los restos mortales del zarevich Alexéi y de la gran duquesa María se sepulten en la catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo.
“Los Románov planean organizar en julio próximo una conferencia con participación de prestigiosos genetistas para llamar la atención sobre el hecho de que los restos mortales en cuestión se guardan como una prueba material en una fiscalía. No cabe duda alguna de que pertenecen al zarevich Alexéi y a la gran duquesa María y deben ser enterrados en la fortaleza de San Pedro y San Pablo”, dijo Artsishevski en rueda de prensa celebrada en el centro mediático de RIA Novosti en San Petersburgo.
El último emperador ruso Nicolás II, sus familiares y sirvientes fueron fusilados por los bolcheviques en la noche del 17 de julio de 1918 en Ekaterimburgo. Sus restos mortales fueron descubiertos en julio de 1991 y sepultados en verano de 1998 en el recinto de la catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo. En 2000, la Iglesia Ortodoxa Rusa canonizó a Nicolás II y a sus familiares.
En 2007, cerca del primer entierro fue encontrado uno más. El examen pericial genético confirmó que los restos mortales que contenía eran de los hijos de Nicolás II, María y Alexéi. Pero la Iglesia Ortodoxa Rusa se negó a reconocer su autenticidad, al poner en duda los resultados del examen pericial realizado.
