Los líderes de Estados Unidos, Alemania y Francia, Barack Obama, Angela Merkel y Nicolás Sarkozy, respectivamente, condenaron las violentas represiones de las manifestaciones antigubernamentales en Siria y acordaron estudiar la imposición de nuevas sanciones contra el régimen del presidente Bashar Asad.
“Los líderes condenaron la incesante violencia del régimen de Asad contra el pueblo sirio”, dice un comunicado de la Casa Blanca difundido tras una conversación telefónica que sostuvo el mandatario estadounidense con sus homólogos de Alemania y Francia.
La nota señala que Obama, Merkel y Sarkozy acordaron además analizar la posibilidad de adopción de medidas adicionales para ejercer presión sobre el régimen sirio y apoyar al pueblo del país árabe.
Al mismo tiempo, el Departamento de Estado de EEUU informó sobre la evacuación de la parte de su personal diplomático en Siria y miembros de sus familias, además aconsejó a todos sus ciudadanos evitar viajar al país árabe o abandonarlo lo antes posible.
El 3 de agosto, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó a las autoridades sirias por el empleo de la fuerza contra los participantes de las protestas y exhortó a todas las partes del conflicto a abstenerse de emplear violencia. Tal llamamiento fue hecho por boca del presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, mientras que unos países occidentales insistían en reaccionar más fuerte, por medio de emitir una declaración.
Las conmociones comenzaron en Siria a mediados de marzo pasado. Según defensores de derechos humanos, más de 1.350 personas perdieron la vida en los choques con las fuerzas de seguridad. Las autoridades sirias a su vez cargan la responsabilidad por los desórdenes a “los elementos extremistas armados que gozan del apoyo de unas fuerzas exteriores” y declaran que a raíz de disturbios perecieron más de 340 militares y agentes de seguridad.
