Al menos 10 personas murieron esta mañana en Latakia, el puerto más importante de Siria, después de que buques de la Armada abrieran fuego contra sus barrios residenciales, informaron medios internacionales.
Hoy es el segundo día de la ofensiva lanzada por el Ejército sirio contra la ciudad costera en la que estallaron protestas contra el régimen del presidente Bashar Asad. En las últimas horas, la zona sur de Latakia se convirtió en el blanco de buques de guerra que se aproximaron a las costas de la ciudad.
“Se pueden ver las siluetas de los barcos. Disparan artillería, y sus proyectiles impactan contra los barrios al-Filistini y al-Shaab”, relató un residente local a la agencia Reuters.
Según testigos, es imposible hacer un balance exacto de víctimas mortales, porque las zonas residenciales de Latakia se han convertido en escenario de combates callejeros entre el Ejército y los opositores al presidente sirio.
La violencia de estos choques se debe probablemente a que entre los manifestantes se han visto reforzados con la presencia de varias unidades del Ejército que se pasaron a la oposición.
Una veintena de tanques y blindados entró en Latakia la víspera, después de que unos 10.000 residentes locales participaran en una manifestación antigubernamental exigiendo la renuncia inmediata de Asad.
Mientras tanto, la crisis siria fue analizada en una nueva conversación telefónica que mantuvieron anoche el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron.
Según informó la Casa Blanca, ambos mandatarios coincidieron en la necesidad poner fin de inmediato a la violencia contra la población civil y de hacer un seguimiento continuo de las actuaciones de las autoridades sirias.
A su vez, otro país occidental, Canadá, anunció que amplía las sanciones económicas contra Siria que aprobó el pasado mayo. Entonces, se congelaron las cuantas bancarias del Gobierno sirio y se prohibió la entrada en el país norteamericano al presidente Asad y su entorno.
A partir de ahora, a estas medidas se suman el veto a la entrada a Canadá de otros miembros del Ejecutivo sirio, el bloqueo de otras cuentas relacionadas con el régimen sirio actual y el embargo sobre el comercio con las empresas sirias.
