Al menos 117 personas perdieron la vida ayer en los enfrentamientos entre opositores sirios y las fuerzas leales al régimen del presidente Bashar Asad, denunciaron fuentes del Consejo Revolucionario Supremo del país árabe, citado hoy por la cadena Al Arabiya.
Según activistas, la mayoría de las muertes, 93 personas, se dio en la ciudad de Homs, donde el Ejército sirio emplea la artillería pesada contra los manifestantes.
Por su parte, la televisión siria difundió informaciones sobre la actividad subversiva de “gripos terroristas”, que la víspera provocó varios muertos y heridos en un ataque con coche bomba.
Anteriormente, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon anunció el regreso a Siria de los observadores de la Liga Árabe, que habían suspendido su misión en el país debido al “aumento del nivel de la violencia” en su territorio.
Las protestas antigubernamentales no cesan desde casi un año en Siria. A diario llega información sobre la muerte tanto de civiles como de militares y agentes del orden público. Según datos de la ONU, el conflicto se cobró ya más de cinco mil vidas.
El pasado 4 de febrero, Rusia y China vetaron en el Consejo de Seguridad de la ONU un borrador de resolución contra el régimen de Asad. Moscú y Pekín atribuyeron el veto al deseo de impedir que en Siria se reedite el llamado guión libio, es decir, una intervención militar extranjera.
