La república rebelde de Transnistria, en el territorio de Moldavia, conmemora hoy el 20 aniversario de la presencia de fuerzas de paz rusas en su territorio.
“Es difícil imaginar lo que pasaría, si no estuviera aquí el contingente de paz ruso”, afirmó el presidente de Transnistria, Evgueni Shevchuk, en la ceremonia inaugural de una placa conmemorativa en la ciudad de Benderi que en 1992 fue escenario de cruentos combates entre los partidarios de la secesión y la Policía moldava.
Shevchuk resaltó que “la paz se preserva gracias a estas fuerzas” e insistió en que “mantengan su presencia mientras subsiste la menor posibilidad del rebrote del conflicto”.
El vicecanciller ruso Grigori Karasin, quien representó a Moscú en esta ceremonia, calificó la operación de paz en Transnistria como “la más eficaz en Europa” y se pronunció en contra de reformatearla. La presencia de las fuerzas de paz conjuntas, a su juicio, “garantiza el avance de las negociaciones que se reanudaron el pasado año”.
“Vemos el futuro de Transnistria en calidad de distrito especial con garantías especiales, reconocidas internacionalmente, en el seno del Estado moldavo, de un neutral Estado moldavo”, dijo más tarde.
El colapso de la URSS y el miedo a una fusión entre Moldavia y Rumania motivaron a varios distritos de la orilla izquierda del Dniéster, de población mayoritariamente rusa, a proclamar la llamada República Moldava de Transnistria a principios de los 1990.
Chisinau respondió con el envío de tropas a la entidad separatista, dando origen a un conflicto armado que se prolongó por varios meses. Actualmente Transnistria representa un territorio fuera del control de Chisinau, con todos los atributos de un Estado, incluida una moneda propia.
El mantenimiento de la paz en la zona del conflicto corre a cargo de un contingente mixto que incluye a 402 militares de Rusia, 355 de Moldavia y 492 de Transnistria, así como 10 observadores militares de Ucrania. El futuro de la república rebelde fue objeto de negociaciones a partir de la fórmula “cinco más dos” (Moldavia, Transnistria, Rusia, Ucrania, OSCE, así como EEUU y UE como observadores) pero el proceso se vio suspendido a principios de 2006 por más de cinco años. Sin embargo, las partes siguieron celebrando consultas periódicas y un acuerdo entre Chisinau y Tiráspol permitió reanudar las conversaciones el pasado 30 de noviembre.
