EEUU sugiere que Rusia use sus propios radares para controlar las pruebas de vuelo de misiles interceptores Standard Missile-3 (SM-3), en un nuevo intento por convencerla de que no representan amenaza alguna para el arsenal ruso de disuasión nuclear, comunicó ayer un alto cargo del Pentágono.
El teniente general Patrick O’Reilly, director de la Agencia estadounidense de defensa antimisil, resaltó que “son misiles menores” y no surtirían efecto contra un país como Rusia cuyos misiles estratégicos se emplazan lejos de las fronteras.
O’Reilly, citado por Reuters, aseguró en un foro organizado por el Consejo Atlántico que los SM-3 de emplazamiento terrestre y naval “no tienen tanto alcance”.
La subsecretaria de Estado de EEUU para el control de armas y seguridad internacional, Ellen Tauscher, declaró en el mismo foro que Washington está dispuesto a asegurarle a Moscú por escrito que el futuro escudo antimisil en Europa no apuntará contra Rusia.
Pero “no podemos ofrecer compromisos vinculantes en plano legal ni aceptar restricciones sobre defensa antimisil que debe estar en línea con la evolución de la amenaza”, dijo.
El presidente de EEUU, Barack Obama, aparcó en 2009 el plan de su predecesor, George W.Bush, de emplazar un radar de defensa antimisil en la República Checa y una base de misiles interceptores en Polonia. Su decisión contribuyó a mejorar los vínculos entre Washington y Moscú pero la versión revisada del plan, que implica el estacionamiento de sistemas antimisiles en Rumanía, Polonia, Turquía y España, también provoca rechazo de Rusia.
