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Rusia: Jubileo cósmico con los pies en la Tierra

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Moscú, PL, para RIA Novosti, por Jorge Petinaud Martínez. Como un nuevo sol en el cielo, el texto cósmico ilumina hoy la noche moscovita y recuerda a los rusos dónde y cómo nació la era espacial: "el primer sputnik es nuestro", reza la leyenda.

Moscú, PL, para RIA Novosti, por Jorge Petinaud Martínez.  Como un nuevo sol en el cielo, el texto cósmico ilumina hoy la noche moscovita y recuerda a los rusos dónde y cómo nació la era espacial: "el primer sputnik es nuestro", reza la leyenda.

No pasa inadvertido para los habitantes de esta urbe que una parte de la habitual publicidad comercial callejera incluida en grandes pantallas de plasma fue sustituida por imágenes del primer vuelo de un satélite artificial de la Tierra, realizado el 4 de octubre de 1957.

 

Decidida a conquistar las posiciones que perdió en la carrera espacial tras el derrumbe de la Unión Soviética, Rusia conmemora hoy el aniversario 50 de aquel acontecimiento.

 

El Programa Federal sustentado por el Kremlin se basa en la idea de los padres de la cosmonáutica rusa Konstantín Tsiolkovski y Serguei Koroliov, de que esta esfera contribuya al progreso económico y científico-técnico del país.

 

Incluye el desarrollo de las ciencias básicas del cosmos, el estudio de otros planetas y la modernización de la infraestructura para perfeccionar los vuelos piloteados.

 

Las conmemoraciones este año comenzaron el 12 de enero, en ocasión del centenario de Koroliov, quien dedicó su vida al diseño y construcción de cohetes.

 

La puesta en órbita en 1957 del Sputnik-1, y un mes después el envío al espacio del primer ser vivo, la perra Laika, le valió la reivindicación definitiva de una condena a 10 años en 1938 por una presunta calumnia en los llamados procesos stalinistas.

 

Regresó a su profesión en 1944 solicitado por el diseñador de aviones Tupolev para que integrara el buró que él dirigía en la ciudad siberiana de Omsk con la misión de reforzar la defensa antiaérea de la Unión Soviética en los finales de la Segunda Guerra Mundial.

 

Esa decisión permitió que en 1948 el científico concluyera con éxito el diseño del misil R-1, incorporado a la dotación de las tropas rusas en 1950.

 

La versión R-7 despegó hace medio siglo con un globo metálico denominado PS-1 (Sputnik sencillo-1) de 58 centímetros de diámetro, cuatro antenas de 2,4 y 2,9 metros de largo y 83,6 kilogramos de peso.

 

Transcurridos 295 segundos del lanzamiento, el núcleo del cohete, que pesaba 7,5 toneladas, y su preciosa carga rebasaban la ingravidez, alcanzaban un apogeo de 947 kilómetros y un perigeo de 288 para abrir un nuevo derrotero en el acervo humano.

 

En el segundo 315 después del disparo, el Sputnik se separó del segmento del misil y su señal radial (vip-vip) conmocionó a los especialistas de todos los continentes.

 

Las transmisiones funcionaron hasta dos semanas después y el ingenio voló hasta el 4 de enero de 1958, 92 días en los cuales efectuó 1440 giros alrededor de la Tierra.

 

Estados Unidos no alcanzó esta hazaña hasta el primero de febrero de 1958 en un segundo intento con el satélite Explorer-1, cuya masa era diez veces menor.

 

Diversos acontecimientos posteriores provocaron que Rusia se rezagara en la competencia con sus adversarios occidentales, sobre todo en la transformación de todos estos conocimientos en una fuerza productiva.

 

En el camino de la recuperación del terreno perdido, el mayor constructor de ingenios de este tipo en la Federación rusa, el Centro de Mecánica Aplicada Mijail Reshetnikov, colocará en órbita en diciembre la pequeña nave denominada Jubileo.

 

Con un peso inferior a los 40 kilogramos, estos nano satélites tienen mucha demanda en el mercado por las múltiples prestaciones que ofrece en las comunicaciones, la comprobación de nuevas tecnologías, teledetección de la Tierra, navegación y en el campo educacional.

 

La información fue difundida apenas 24 horas después que el coronel general Vladimir Popovich, jefe de las Tropas Espaciales, sugirió ante la prensa dejar a un lado "el populismo" y explorar el cosmos en función de necesidades reales del país.

 

Los medios vincularon aquí estas críticas con la destitución a fines de julio de Nikolai Sevastiánov, hasta entonces presidente de la corporación Energía, insignia de la cohetería espacial rusa.

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