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El avión SuperJet-100 marca un paso hacia el renacimiento de la aeronáutica civil rusa

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Maxim Krans, RIA Novosti. El primer vuelo de prueba del nuevo avión ruso de pasajeros Sukhoi SuperJet-100 confirmó que el renacimiento del la industria aeronáutica civil rusa ha dejado de ser un proyecto en perspectiva y paulatinamente se torna en realidad.

 

El vuelo exitoso de un SuperJet-100 realizado esta semana permitirá  al consorcio Sukhoi firmar contratos para la venta de otros 27 aviones y de esta manera, engrosar su portafolio de encargos a un centenar de aviones.

La mayor parte de los SuperJet-100 están destinados a la exportación, pero para Rusia, lo más Первая выкатка авиалайнера "Сухой Суперджет-100" importante es que el resto de esos aparatos serán adquiridos por compañías aeronáuticas nacionales y de esta manera, se modernizará la flota rusa de aviones de pasajeros que ya está caduca.

 

Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, el  SuperJet-100 será el primer avión nuevo de fabricación en serie en Rusia. Hace apenas dos décadas la industria nacional de aviación civil era objeto de orgullo especial. Las fábricas soviéticas fabricaban  una cuarta parte de la producción mundial de aviones. Los modelos diseñados y construidos  por las empresas Túpolev, Iliushin, Antónov y Yákovlev causaban furor en los salones aeroespaciales de renombre internacional.

 

Ahora, de todo esto sólo quedan los recuerdos. Desde finales de los años 80, la industria aeronáutica nacional entró en una profunda crisis.

Las fábricas de aviones se paralizaron,  más que todo, porque sus líneas de producción ya caducas, dejaron de responder a los criterios de calidad modernos, y decenas de miles de especialistas y operarios altamente calificados tuvieron que buscar otra ocupación.

A consecuencia de esto, la producción anual de aviones se redujo a unidades, y a consecuencia del deterioro, cada año el parque de aviones disminuyó, afectando  a su vez la red de vuelos aéreos nacionales que se redujo considerablemente.

Si en 1990 los aviones rusos transportaron 103 millones de pasajeros en vuelos nacionales,  el año pasado, que no puede considerarse entre los más malos, en las rutas internas se transportó apenas 45 millones de pasajeros.

Actualmente,  en el registro estatal proporcionado por las compañías aéreas figuran 5.700 aviones,Первая выкатка авиалайнера "Сухой Суперджет-100" pero únicamente la mitad de ellos están en explotación. El resto, son aviones caducos cuya utilización supone riesgos. De los aviones actualmente en servicio, apenas una décima parte se pueden considerar modernos. La antigüedad promedio de aviones en poder de las aerolíneas rusas para vuelos internacionales supera los 17 años y los aparatos destinados a los vuelos nacionales tienen un período de utilización que roza los 30 años.

A pesar de la considerable recesión  que tuvo el transporte aéreo nacional durante el decenio pasado, actualmente la intención de demanda de este servicio registra dimensiones nunca vistas.

La demanda de plazas en los vuelos y la apertura de nuevas rutas aéreas en Rusia duplican el incremento anual de estos mismos servicios en el resto del mundo. En condiciones desfavorables de altos precios en las tarifas por los precios del crudo y otros factores en el mercado de transporte de pasajeros a nivel mundial, el transporte aéreo ruso es uno de los más dinámicos y prometedores de todo el planeta.

En una reunión del Gobierno el pasado mes de febrero, el ministro de Transporte de Rusia, Igor Levitin, declaró que el desarrollo de la aviación civil no responde  a las dimensiones del territorio del país y tampoco cumple las necesidades de la población.

Según expertos, en los próximos diez años, el sector del transporte aéreo ruso necesitará entre 800 y 1.000 aviones de diferentes modelos. La compañía Aeroflot, la aerolínea insignia de Rusia en los próximos tres años necesita al menos 130 aviones nuevos,  según declaró recientemente su director Valery Okulov.

Первая выкатка авиалайнера "Сухой Суперджет-100"Concebido como un primer proyecto, el SuperJet-100 debe cambiar la situación de déficit de aviones en el sector del transporte aéreo nacional. Este proyecto ha avanzado con gran dificultad y cada etapa ha culminado gracias el enérgico apoyo estatal y la banca rusa.

Este avión que se fabricará en tres modelos, suplantará los antiguos Yak-42 y los Tu-134 cuya explotación se ha suspendido de forma generalizada.

Como alternativa al SuperJet-100 se perfila el avión ruso-ucraniano AN-148 que según los planes previstos,  se producirá en la fábrica aeronáutica fábrica de Vorónezh y en la planta Aviant, en Kíev.

En la categoría de aviones para vuelos intermedios, el modelo de más perspectivas podría ser el avión ruso MC-21 que con el tiempo, puede reemplazar el Tu-154 ruso y el europeo A320.

 De está manera, aunque no del todo, se podrá poner fin al agudo déficit de aviones para rutas regionales en Rusia.

En lo que se refiere a los aviones para vuelos a largas distancias  y gran cantidad de pasajeros la industria rusa no puede ofrecer alternativas. La producción de aviones de pasajeros de fuselaje amplio o aerobuses como el Il-96 ya se suspendió, y en los centros de diseño de las fábricas e incluso la recién creada Corporación Aeronáutica Unificada (OAK) de Rusia no se desarrolla ningún proyecto en ese sentido. Según estimaciones de expertos, la demanda rusa de aerobuses (para más de 250 pasajeros) es de 200 a 300 aviones. 

Para cubrir este déficit, las empresas rusas acuden a la compra de "aviones de segunda". Actualmente, al menos un tercio de sus aerobuses son aparatos de este tipo, y no son pocos los casos cuando las empresas rusas compraron aviones extranjeros con diez y más años de explotación.

El año pasado,  cuando los accionistas de Aeroflot aprobaron la compra de 44 aviones A350 y Boeing 787 por un costo de 6.000 millones de dólares, algunos sectores de la opinión publica calificó este paso de "poco patriótico".

Posiblemente, los accionistas hubiesen preferido comprar aviones nacionales, pero nuestra industria no produce aviones competitivos y tampoco los podrá fabricar en los próximos años.

El plan de desarrollo de la OAK aprobado hace meses, estableció que para el 2015 las empresas rusas deben dominar el mercado interno de aviones de aplicación civil y en diez años más tarde, competir en el mercado mundial.

Planes fabulosos, si se tiene en cuenta que actualmente, la industria aeronáutica rusa fabrica menos del 1 % de la producción mundial de aviones de pasajeros.

Para lograr esos objetivos, Rusia debe poner en marcha muchos proyectos exitosos como el SuperJet-100.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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