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República Checa: el regreso del gran dinosaurio antirruso

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No hace mucho, en la República Checa se celebraron los comicios legislativos.

No hace mucho, en la República Checa se celebraron los comicios legislativos.

Los partidos del recién formado Parlamento han presentado al presidente, Vaclav Klaus, sus propuestas para el nuevo gabinete de ministros. Y es muy probable que el nuevo gobierno checo esté formado mayoritariamente por partidos de derecha con varios miembros de clara orientación antirrusa.

En un principio se pensaba que el Partido Socialdemócrata encabezado por Jiri Paroubek, que dimitió inmediatamente tras los comicios, se encargaría de la formación del nuevo Gobierno. Pero el recuento de los votos fue una sorpresa, y los socialdemócratas solamente obtuvieron un 22,1%, igual que los comunistas (11,3%), una cantidad relativamente pequeña.

Aunque el Partido Democrático Cívico, era el principal rival del Partido Socialdemócrata, obtuvo todavía menos votos (20,2%), se considera que estas elecciones han sido un fracaso para las fuerzas de la izquierda.

El Partido Comunista bajó del tercer al cuarto puesto en un recuento de votos que se considera el mayor fracaso de este grupo parlamentario desde la revolución de terciopelo en 1989. La debilidad del grupo comunista, además, también reduce las oportunidades de los socialdemócratas para llegar al poder.

Sin embargo, no se trata de intentar una coalición de todos los partidos de la izquierda, ya que, en esencia, existe una resolución interna del Partido Comunista que prohíbe aliarse con ellos. El problema principal radica en el éxito de los nuevos partidos de la derecha que han conseguido los votos de electores jóvenes.

El Partido Comunista fue superado por el partido liberal conservador TOP-09, liderado por el ex ministro de Hacienda, Miroslav Kalousek, y el ex ministro de Asuntos Exteriores, Karel Schwarzenberg. Al obtener un 16% de votos, este partido dispondrá de 41 escaños en el parlamento, en comparación con los 26 del Partido Comunista, los 56 del Partido Socialdemócrata, los 53 del Partido Democrático Cívico. Con este brillante resultado TOP-09 (Tradición, Responsabilidad, Prosperidad, por sus siglas en checo) aspira al cargo de ministro de Asuntos Exteriores en el nuevo gabinete.

Es muy probable que el futuro ministro sea Karel Schwarzenberg (73 años), cuyo nombre completo es Karl Johannes Nepomuk Josef Norbert Friedrich Antonius Wratislaw Mena von Schwarzenberg. Pertenece a dos de las familias más ilustres de la aristocracia del antiguo Imperio Austro-Húngaro y no sólo es el líder del TOP-09, sino también es el 11º Príncipe Schwarzenberg, Conde de Sulz, Príncipe de Kleggau y Duque de Krummau. Nacido en 1937 en Praga, se exilió en 1948 de la antigua Checoslovaquia а Austria. Sin embargo, Schwarzenberg mantuvo estrechos vínculos con sus compatriotas de Checoslovaquia, incluído el disidente y futuro presidente checo Václav Havel, por cuya iniciativa se convirtió en presidente del Comité Internacional de Derechos Humanos de Helsinki. Al ocupar el sillón presidencial en 1990, Havel designó a Schwarzenberg como jefe de la cancillería presidencial y ante el desconocido 11º Príncipe Schwarzenberg se abrieron amplias perspectivas políticas.

En 2007, Schwarzenberg fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores de República Checa y seguía ocupando este cargo en 2008, cuando el Gobierno checo tomó la decisión de emplazar un radar del sistema de defensa antimisiles estadounidense en suelo nacional.

Schwarzenberg como ministro de Asuntos Exteriores no es muy deseable para los intereses de Rusia, y no porque pertenezca a la derecha. A diferencia de la Unión Soviética, Rusia no propugna ningún tipo de ideología de izquierdas en su política exterior. Sin embargo, Moscú suele tener problemas en las relaciones con  políticos que viven en un mundo irreal de condicionantes ancladas en el pasado, y Schwarzenberg es uno de ellos.

Sus conocidos hábitos de resaltar la nobleza y los títulos de sus hijos, sus anticuadas ideas geopolíticas sobre un mundo libre y otro no libre y sobre la solidaridad entre las democracias del mundo contra la amenaza proveniente del Este le caracterizan como un idealista del pasado. Además, Schwarzenberg, igual que Havel, no cesa de hacer referencias a la moral. Es evidente que no sabe nada de la tesis del célebre filósofo ruso, Vasili Rozánov: "Todavía no soy tan indigno como para hablar sobre la moral".

El éxito del partido TOP-09 en las elecciones se debe a que apostó por los jóvenes checos, por el mercantilismo de la nueva generación. En el marco de la campaña electoral, todos los ciudadanos de la República Checa recibieron unas facturas por 131 mil coronas a pagar a las autoridades tributarias. Según estimaciones del TOP-09, esto representaba el total de la deuda pública checa dividido por el número de habitantes. El tipo de cambio tomado fue de 25,6 coronas checas por 1 euro, por eso el monto total salió tan grande, más de 5.000 euros. Las facturas resultaron tan verosímiles que provocaron pánico en mucha gente. En los avisos que acompañaban las facturas, Schwarzenberg advertía que si su partido no llegara al poder, la deuda crecería hasta 200 mil coronas y se trasladaría a los hijos y los nietos del deudor.

Schwarzenberg tocó el punto más vulnerable de la juventud checa, su poca voluntad de pagar por los jubilados. Según se estima, el aumento de la deuda pública, que es del 5,9% del PIB, se debe a un sistema de pensiones imperfecto. Por otra parte, la derecha ya está amenazando con una reescenificación de la crisis griega en la República Checa, si no se recortan los gastos sociales. Esta fue la estrategia de los partidos de la derecha aplicada al electorado joven, preocupado por su futuro, que no quiere cargar con los dinosaurios de la época socialista. Una estrategia que dio en el blanco.

Sin embargo, es inexplicable por qué Schwarzenberg se considera a sí mismo un político progresista, viviendo como vive en su castillo austríaco y siendo como es un funcionario público que, probablemente, cuesta mucho más a los contribuyentes checos que un jubilado medio. Este es el gran dinosaurio del pasado.

La República Checa no es un país grande, pero su futuro gobierno interesa mucho a Moscú. En primer lugar, la República Checa es, y siempre ha sido para Rusia, la puerta de acceso a Europa Central. En este país rige un régimen de visados simplificado en comparación con la Alemania vecina y hay un gran aeropuerto internacional que recibe vuelos de Moscú, San Petersburgo y de otras ciudades de Rusia. Chequia es, en definitiva, una importante plataforma para los negocios de Rusia en Europa.

Si el frente antirruso en la Europa Central y del Este se rompe alguna vez, esto ocurrirá en la República Checa. Gracias a las antiguas relaciones con Rusia y al tradicional pragmatismo de los checos tan reacios a aceptar clichés, incluidos los antirrusos, la República Checa es el punto débil en el cordón sanitario que la Europa Central y Oriental lleva construyendo durante los últimos años. Pero el regreso de Schwarzenberg podría reforzar este cordón por mucho tiempo....

Dmitri Bábich, RIA Novosti

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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