Los cambios cognitivos que se observan en una persona con el envejecimiento dependen en un 24% de factores genéticos, consta en un artículo publicado en la revista Nature.
Un equipo de biólogos dirigido por Ian Deary, de la Universidad de Edimburgo, analizó una base de datos sobre 1.940 escoceses cuyo nivel intelectual fue medido primero a los 11 años, y luego, a los 65, 70 o 79 años.
También examinaron medio millón de variaciones en la secuencia de su ADN, los llamados polimorfismos de nucleótidos simples. Estos marcadores revelan el grado de similitud genética entre individuos aunque no sean parientes.
Al cotejar los datos, vieron que factores genéticos determinan en un 24% el retraso o, por el contrario, adelanto en la caída del nivel cognitivo.
“No estimábamos hasta ahora lo mucho que las diferencias genéticas afectan cambios de intelecto a lo largo de la vida (…) Los resultados explican en parte por qué unos tienen más sesos que otros”, declaró Deary.