Al menos 15 personas murieron y otras 21 personas resultaron heridas el pasado jueves a causa de un atentado contra la vida de un alto funcionario en la ciudad de Ramadi, en Iraq, informaron fuentes médicas, citadas por la prensa.
El terrorista suicida detonó su bomba cerca de un estadio deportivo en el momento mientras allí se encontraba el vicegobernador de la provincia de Anbar, Hilkmet Khalaf.
El funcionario salió ileso, pero murió su guardaespaldas y siete policías.