Más de 3.000 personas murieron en Siria desde mediados de marzo cuando en este país estallaron manifestaciones antigubernamentales, declaró hoy la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay.
"Entre ese total de muertos hay al menos 187 niños. Tan sólo en los diez últimos días perdieron la vida más de un centenar de personas", dijo Pillay citada por agencias.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos comunicó que ayer murieron 36 personas, entre ellas 25 militares sirios. Los enfrentamientos más sangrientos entre los detractores del régimen y las fuerzas gubernamentales se produjeron en la provincia de Idlib, en el noroeste del país.
Desde mediados de marzo Siria es escenario de violentas protestas populares. Los manifestantes exigen la renuncia del presidente Bashar Asad y la implantación de reformas políticas. Países como Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania, así como la Unión Europea, también piden a Asad abandonar el poder e insisten en la aplicación de sanciones contra Damasco.
