Al menos 33 milicianos de los grupos islamistas murieron en los ataques terrestres y aéreos que el Ejército lanzó en las últimas 24 horas contra las bases de insurgentes en el noroeste de Pakistán, informaron fuentes militares, citadas hoy por la cadena DAWN.
Según las fuentes, se sometieron a bombardeos aéreos las bases ubicadas en las zonas tribales de Orakzai y Haiber. Paralelamente, las tropas continúan la ofensiva terrestre contra los extremistas.
Por su parte, el portavoz de los talibanes paquistaníes, Ehsanulá Ehsan, afirmó que entre las víctimas mortales hay solo dos milicianos y el resto de los muertos son civiles, incluidos niños. Además, prometió conducir las acciones de combate contra Ansar ul Islam, grupo que apoya al Gobierno de Islamabad, “hasta que sea aniquilado”.
En la región tribal no rigen las leyes federales de Pakistán. Al independizarse en 1947, Pakistán conservó los privilegios de los pastunes. Con el correr del tiempo esta zona se convirtió en un refugio para los grupos terroristas islámicos que luchan contra el régimen en el vecino Afganistán y contra las autoridades paquistaníes a los que los talibanes proclamaron como “violadores de las normas del Islam”.
