Un terremoto de 9 grados de magnitud sacudió el 11 de marzo la costa nordeste de Japón y causó un tsunami con olas de más de 15 metros. El temblor provocó una situación de emergencia en la central nuclear de Fukushima-1, donde los fallos en el sistema de refrigeración originaron explosiones en varios reactores con las subsiguientes fugas de radiación.
Las autoridades evacuaron a más de 100 mil personas primero en un radio de 20 kilómetros en torno a la planta y luego ampliaron la zona de evacuación hasta 30 kilómetros. Poco después se reportó sobre la contaminación radiactiva del aire, el agua marina y potable y los alimentos, como la leche, la carne, los hongos, en particular, con isótopos de yodo y cesio, inclusive en las zonas lejanas de la estación.
La administración de Fukushima planea rebajar el nivel de radiación en los próximos 2 años hasta 1 micro sievert por hora en todas las regiones, y en unos 10 años hasta menos de un milisievert por año, que es el nivel seguro para un ser humano según las normas internacionales.
Hasta la primavera del 2013, se descontaminarán 110 mil casas, edificios y calles, cercanas a los colegios y otras instalaciones para niños. Los edificios con un nivel alto de radiación, los limpiarán los profesionales y el resto lo podrán hacer los habitantes con sus propios esfuerzos. Las casas serán limpiadas con potentes chorros de agua, se descontaminarán los caños y acueductos, en los sitios críticos, se levantará una capa superficial del suelo. Como resultado de limpieza de una sola casa, se pueden producir cerca de 10 ó 20 toneladas de basura radiactiva. Dónde se guardará esta basura, no esta claro todavía.
