Los activistas de Greenpeace que intentaron escalar una plataforma petrolera de Gazprom en el Ártico, el pasado 18 de septiembre, no son piratas pero sí infractores de las normas internacionales, matizó hoy el presidente ruso, Vladímir Putin.
“Es evidente que no son piratas, aunque formalmente trataron de ocupar la plataforma”, declaró Putin al intervenir en la tercera edición del foro internacional “El Ártico, territorio del diálogo”.
Afirmó que los cuerpos de seguridad rusos “no sabían quiénes estaban intentando ocupar la plataforma bajo las apariencias de Greenpeace; podía ser cualquier cosa, especialmente sobre el trasfondo de los sangrientos sucesos en Kenia”.
Aseguró que Rusia está dispuesta a “cooperar con todas las organizaciones ecologistas partiendo de que será una labor civilizada”.
Activistas de Greenpeace, que protestan por la explotación petrolera en el Ártico, intentaron escalar la plataforma Prirazlómnaya en el mar de Pechora el pasado 18 de septiembre, tres días antes de producirse el ataque terrorista contra un centro comercial en la capital keniana, reivindicado por las milicias somalíes Al Shabab.
El 19 de septiembre, guardacostas rusos se descolgaron desde un helicóptero sobre el buque Arctic Sunrise de Greenpeace y lo remolcaron al puerto de Múrmansk. El portavoz del Comité ruso de Investigaciones, Vladímir Markin, dijo que la incursión de los ecologistas en la plataforma petrolera está siendo investigada por un presunto delito de piratería.
Este miércoles, Markin precisó que 30 activistas de Greenpeace fueron detenidos anoche “en calidad de sospechosos”. Tres naturales de Rusia, según él, ya fueron interrogados; los extranjeros se someterán a interrogatorios cuando lleguen abogados e intérpretes. Entre los detenidos hay dos ciudadanos de Argentina, así como representantes de Brasil, Canadá, EEUU, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Italia, Nueva Zelanda, Polonia y Turquía.
Una portavoz de Greenpeace Rusia, María Favórskaya, contó hoy que los activistas planeaban instalar sobre la plataforma Prirazlómnaya una cápsula habitable, del tamaño de un cuarto, en la que permanecerían durante varios días transmitiendo online su protesta por las obras de perforación en el Ártico.
“No querían destruir ningunos equipos”, aseguró Favórskaya.
Según ella, guardacostas rusos habrán confundido esta cápsula, transportada por un bote de Greenpeace, con un artefacto explosivo.
Greenpeace informó en su página de Twitter que unas 450.000 personas de 190 países firmaron una petición online al Gobierno de Rusia solicitando la liberación de los activistas.
Se trata de la segunda protesta que la ONG ecologista realiza en Prirazlómnaya.
En agosto de 2012, seis escaladores de Greenpeace ocuparon por 15 horas esta plataforma petrolera que planea empezar la producción el próximo año y que, según ecologistas, representa el riesgo de derrames en una zona con tres espacios naturales protegidos por la legislación rusa.
