La calificadora de riesgos Standard & Poor's (S&P) se convirtió el pasado jueves en la segunda agencia internacional, después de Moody’s, que amenaza con revisar a la baja la nota crediticia de EEUU, si la Casa Blanca y el Congreso no consiguen un acuerdo sobre el nuevo límite de la deuda pública.
“Existe al menos una en dos posibilidades de que pudiéramos rebajar la calificación a largo plazo de EEUU dentro de los próximos 90 días”, señala S&P en su comunicado. Hoy en día, EEUU posee la máxima nota crediticia, AAA.
En su advertencia, S&P afirma que el debate fiscal en EEUU “se ha enmarañado”, lo que genera dudas sobre la posibilidad de lograr en un futuro inmediato un acuerdo sobre el límite del endeudamiento.
La primera en colocar bajo revisión los bonos de la deuda estadounidense, el pasado 13 de julio, fue la calificadora Moody’s. Otra de las grandes agencias de calificación internacionales, Fitch Ratings, no lo ha hecho hasta el momento pero también ha lanzado una advertencia al respecto.
EEUU es uno de los pocos países que establece el techo de su deuda. Desde que impuso ese límite por primera vez, en 1917, fue revisándolo al alza gradualmente; sólo en la década del 2000 lo hizo 10 veces. A mediados de mayo pasado, la economía estadounidense superó la cota de turno, fijada en 14,3 billones de dólares. La Administración de Obama insiste en subirla en 2,4 billones de dólares y tiene de plazo hasta el 2 de agosto para convencer a los congresistas y evitar un default técnico.
