Venezuela sugiere a Rusia formar una alianza estratégica de “gigantes petroleros”, paralela a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, pero expertos rusos no creen que ese “doble de la OPEP” tenga sentido, escribe hoy el diario Moskovskie Novosti.
El presidente venezolano Hugo Chávez formuló la propuesta al reunirse la semana pasada en Caracas con el subjefe del Gobierno ruso Ígor Sechin y el titular de Energía ruso Sergei Shmatkó. Recomendó “discutir, ver cómo creamos una nueva organización (…) de los gigantes petroleros”, cuatro o cinco, entre los que estarían Rusia y Venezuela. Dijo que la OPEP no se verá afectada y “seguirá jugando un papel de mucha importancia y de equilibrio interno”.
Shmatkó comentó la iniciativa en términos generales pero sin descartarla. A diferencia de Venezuela, que es miembro de la OPEP, Rusia prefiere de momento mantenerse al margen de la organización, recuerda el periódico. No dispone de una red de depósitos petroleros para acumular reservas sustanciales, aparte de que el Estado no puede imponer recortes de volumen a las empresas privadas que controlan buena parte de la producción del crudo en el país.
El objetivo fundamental de la OPEP, que produce actualmente 31 millones de barriles diarios, es preservar el precio del crudo a un nivel óptimo que no empuje a los importadores hacia la búsqueda de fuentes renovables.
Alexandr Shtok, analista de la consultora 2kAudit-Morison International, señala que a los miembros del cartel petrolero les resulta cada vez más difícil acordar las cuotas de producción y exportación, además de que esos acuerdos se han incumplido en más de una ocasión. Expertos reconocen que la OPEP requiere de una seria reforma pero subrayan que no tiene sentido duplicar sus funciones.
Román Besedovski, gerente del fondo Finam Neftegaz, piensa que los miembros de una nueva alianza estratégica “podrían implementar conjuntamente proyectos prometedores en materia de prospección geológica y producción”. Al mismo tiempo, reconoce que “harían competencia indirecta a la OPEP, si la creciente producción deriva también en un incremento de exportaciones”.
Víctor Márkov, analista de la inversora Zerich Capital Management, considera que la alianza paralela podría incluir a Rusia (10,1 millones de barriles diarios), Venezuela (2,8 millones), Irán (3,5 millones), Irak (2,3 millones) y Kazajstán (1,5 millones), naciones cuya producción englobada equivale al 65% de la de la OPEP. Habida cuenta de que sólo Irak planea aumentar la producción diaria a 11 millones de barriles hacia 2017, el futuro cartel realmente competiría con la OPEP.
Irán e Irak, igual que Venezuela, forman parte de la OPEP pero aplican a menudo una política contraria a la del cartel, como cuando rehusaron aprobar en julio pasado un incremento de la producción propuesto por Arabia Saudí.
Varios proyectos conjuntos en marcha o en fase de discusión son otro vínculo que une a los posibles miembros de la alianza alternativa. Además, Rusia tiene intereses en los cuatro países restantes: sus empresas Gazprom neft, Lukoil y Rosneft promueven obras en Kazajstán; las dos primeras trabajaron también en Irán previamente a la introducción de sanciones internacionales; el Gobierno iraquí prometió incluir a cinco compañías rusas en el futuro concurso sobre 12 yacimientos del petróleo y el gas; y las inversiones rusas en la faja petrolífera del Orinoco, en Venezuela, se estiman en 12 mil millones de dólares.
