El presidente de EEUU, Barack Obama, firmó ayer el decreto, por el cual el gasto público será reducido en 85.000 millones de dólares el año fiscal en curso que terminará el 30 de septiembre y en 1,2 billones de dólares en los próximos diez años.
Obama se reunió el pasado viernes con los líderes del Congreso para discutir el asunto de ajuste presupuestario. No obstante, las partes no lograron llegar a una fórmula de compromiso que permitiera evitar los recortes que Obama calificó de “estúpidos”.
El presidente acusó del fracaso de las negociaciones a los republicanos que se negaron a aumentar los impuestos para los ciudadanos con rentas anuales superiores a un millón de dólares.
Según Obama, los republicanos se mostraron dispuestos a reducir el gasto público lo que causará enormes daños a la economía nacional, pero se negaron a eliminar las exenciones fiscales de las que gozan los ciudadanos acomodados y las corporaciones.
El presidente advirtió que el reajuste que afectará en igual medida a los programas militares y civiles, supondrá la pérdida de 750.000 puestos de trabajo.
Según analistas, a consecuencia de las medidas de austeridad, la economía de EEUU crecerá tan sólo un 1,4% en 2013 frente al 2,2% registrado el año pasado.
