Rusia reorienta su exportación de hidrocarburos hacia el rentable mercado asiático ante la decreciente demanda de gas en Europa y la presión por parte de reguladores europeos, reconoció el viceprimer ministro ruso, Arkadi Dvorkóvich, en una entrevista con el diario The Wall Street Journal (WSJ).
“Si Europa prefiere fuentes de energía no limpias, es una decisión suya. Está bien, hay demanda en otras regiones del mundo”, declaró Dvorkóvich.
Las ventas del gigante gasista ruso Gazprom a los países de la Unión Europea sufrieron un recorte el pasado año, pues productores de la energía eléctrica optaron por importar carbón barato desde EEUU. La situación afecta notablemente a Rusia, habida cuenta de que el gas representa un 10% en sus ingresos por exportaciones.
Además, la UE abrió el pasado año una investigación para averiguar si Gazprom abusa de su posición dominante en los mercados de la Europa Central y del Este.
Dvorkóvich afirmó que Rusia seguirá siendo un proveedor “estable y seguro” para Europa y podrá “suministrarle la cantidad que quiera”, pero ve mejores oportunidades en el incremento de exportaciones gasistas al mercado asiático.
El segundo productor ruso del gas, Novatek, firmó este junio un contrato para suministrar gas natural licuado (GNL) a la Corporación Nacional Petrolera de China (CNPC), que adquirió una participación del 20% en el proyecto Yamal SPG.
La petrolera estatal rusa Rosneft, a su vez, se comprometió a vender GNL a las compañías japonesas Marubeni y Sodeco a partir de 2019. También suscribió un acuerdo para exportar a China 15 millones de toneladas anuales del crudo durante 25 años, por valor de 10.000 millones de dólares anuales.
