Una tercera parte de los hospitalizados en China la primavera pasada por la gripe aviar H7N9 murieron, informaron médicos en un artículo publicado en la revista Lancet.
De los 131 casos graves de la nueva gripe aviar confirmados en seres humanos, 36 terminaron con el fallecimiento del paciente. El número de los muertos resultó ser más reducido que durante la epidemia “vietnamita” de 2003, pero algo mayor que durante la “mexicana” de 2009.
Un grupo de médicos dirigidos por el doctor Joseph Wu, de la Universidad de Hong Kong, analizó el desarrollo de la enfermedad en esos 131 pacientes, hombres de edad avanzada en su mayoría, llegando a la conclusión que el sistema inmunológico debilitado de los ancianos no pudo luchar con eficacia contra la infección.
La mortalidad entre esta categoría de personas alcanzó el 50%. La muerte sobrevenía de ordinario entre el día 11 y el día 13 desde el comienzo de la enfermedad.
Científicos descubrieron al mismo tiempo un número sorpresivamente muy grande de personas, hasta 27.000, contagiadas con H7N9, en las que la enfermedad se desarrolló en forma ligera, sin provocar complicaciones.
